TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 42

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain Tom estaba indignado. Le sacudió, gritándole: «¡Sid, Sid!» Este método dio resultado, y Tom comenzó a sollozar de nuevo. Sid bostezó, se desperezó, después se incorporó sobre un codo, dando un relincho, y se quedó mirando fijamente a Tom. El cual siguió sollozando. -¡Tom! ¡Oye, Tom! -le gritó Sid. No obtuvo respuesta. -¡Tom! ¡Oye! ¿Qué te pasa? -y se acercó a él, sacudiéndole y mirándole la cara, ansiosamente. -¡No, Sid, no! -gimoteó Tom-. ¡No me toques! -¿Qué te pasa? Voy a llamar a la tía. -No; no importa. Ya se me pasará. No llames a nadie. -Sí; tengo que llamarla. No llores así, Tom, que me da miedo. ¿Cuánto tiempo hace que estás así? -Horas. ¡Ay! No me muevas, Sid, que me matas. -¿Por qué no me llamaste antes? ¡No, Tom, no! ¡No te quejes así, que me pones la carne de gallina! ¿Qué es lo que te pasa? -Todo te lo perdono, Sid (Quejido.) Todo lo que me has hecho. Cuando me muera... -¡Tom! ¡Que no te mueres! ¿Verdad? ¡No, no! Acaso... -Perdono a todos, Sid. Díselo. (Quejido.) Y, Sid, le das mi falleba y mi gato tuerto a esa niña nueva que ha venido al pueblo, y le dices... Pero Sid, asiendo de sus ropas, se había ido. Tom estaba sufriendo ahora de veras - con tan buena voluntad estaba trabajando su imaginación-, y así sus gemidos habían llegado a adquirir un tono genuino. Sid bajó volando las escaleras y gritó: -¡Tía Polly, corra! ¡Tom se está muriendo! -¿Muriendo? -¡Sí, tía...! ¡De prisa, de prisa! -¡Pamplinas! No lo creo. Pero corrió escaleras arriba, sin embargo, con Sid y Mary a la zaga. Y había palidecido además, y le temblaban los labios. Cuando llegó al lado de la cama, dijo sin aliento: -¡Tom! ¿Qué es lo que te pasa? 42 Preparado por Patricio Barros