TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 150

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain momentos, sin embargo, el muchacho recuperó algo de sus fuerzas y logró poner la suficiente en su voz para que una parte de la concurrencia llegase a oír: -En el cementerio. -Un poco más alto. No tengas miedo. Dices que estabas.. -En el cementerio. Una desdeñosa sonrisa se dibujó en los labios de Joe el Indio. -¿Estabas en algún sitio próximo a la sepultura de Williams? -Sí, señor. -Habla un poquito más fuerte. ¿A qué distancia estabas? -Tan cerca como estoy de usted. -¿Dónde? -Detrás de los olmos que hay junto a la sepultura. Por Joe el Indio pasó un imperceptible sobresalto. -¿Estaba alguien contigo? -Sí, señor. Fui allí con... -Espera..., espera un momento. No te ocupes ahora de cómo se llamaba tu acompañante. En el momento oportuno comparecerá también. ¿Llevasteis allí alguna cosa? Tom vaciló y parecía abochornado. -Dilo, muchacho..., y no tengas escrúpulos. La verdad es siempre digna de respeto. ¿Qué llevabas al cementerio? -Nada más que un..., un... gato muerto. Se oyeron contenidas risas, a las que el tribunal se apresuró a poner término. -Presentaré a su tiempo el esqueleto del gato. Ahora, muchacho, dinos todo lo que ocurrió; dilo a tu manera, no te calles nada, y no tengas miedo. Tom comenzó, vacilante al principio, pero a medida que se iba adentrando en el tema las palabras fluyeron con mayor soltura. A los pocos instantes no se oyó sino la voz del testigo y todos los ojos estaban clavados en él. Con las bocas entreabiertas y la respiración contenida, el auditorio estaba pendiente de sus palabras, sin darse cuenta del transcurso del tiempo, arrebatado por la trágica fascinación del relato. La tensión de las emociones reprimidas llegó a su punto culminante cuando el muchacho dijo: «Y cuando el doctor enarboló el tablón y Muff Potter cayó al suelo, Joe el Indio saltó con la navaja y...» ¡Zas! Veloz como una 150 Preparado por Patricio Barros