TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 141

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain insegura, a hizo de aquello un lamentable berenjenal; y un rumor de apagadas risas corrió por todo el público. Se dio cuenta de lo que pasaba, y se puso a enmendarlo. Pasó la esponja por algunas líneas, y las trazó de nuevo; pero le salieron aún más absurdas y dislocadas, y las risitas fueron en aumento. Puso ahora toda su atención y empeño en la tarea, resuelto a no dejarse achicar por aquel regocijo. Sentía que todas las miradas estaban fijas en él; creyó que había triunfado al fin, y sin embargo las risas seguían cada vez más nutridas y ruidosas. Y había razón para ello. En el techo, sobre la cabeza del maestro, había una trampa que daba a una buhardilla; por ella apareció un gato suspendido de una cuerda atada a su cuerpo. Tenía la cabeza envuelta en un trapo, para que no maullase. Según iba bajando lentamente se curvó hacia arriba y arañó la cuerda; después se dobló hacia abajo, dando zarpazos en el aire intangible. El jolgorio crecía: ya estaba el gato tan sólo a media cuarta de la cabeza del absorto maestro. Siguió bajando, bajando, y hundió las uñas en la peluca, se asió a ella, furibundo, y de pronto tiraron de él hacia arriba, con el trofeo en las garras. ¡Qué fulgores lanzó la calva del maestro! Como que el hijo del pintor se la había dorado. Con aquello acabó la reunión. Los chicos estaban vengados. Habían empezado las vacaciones. 141 Preparado por Patricio Barros