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Romería de San Miguel
Ayer, 29 de septiembre, celebramos el día de San Miguel. Antiguamente, la romería que se
celebraba este día atraía a nuestro pueblo a gente de toda la provincia. Una de las primeras citas a
esta romería se la debemos al periodista y escritor bilbaíno Juan E. Delmás, que en su obra "Guía
histórico descriptiva del viajero en el Señorío de Vizcaya" de 1864 destaca la importancia de esta
celebración:
"El nombre de Basauri pasaría desapercibido, si no fuera por la celebridad de las romerías de los
santos titulares de su iglesia y ermita. la primera, que corresponde al día 29 de septiembre, traslada
al campo inmediato a la parroquia, casi toda la juventud bilbaína, particularmente obrera y de
servicio, y a la de los pueblos vecinos... Durante estas horas de frenética espansion, Bilbao queda
casi despoblada".
Sin embargo, la mención más conocida pertenece a Miguel de Unamuno que en varias de sus
obras, hace referencia a un recuerdo de su niñez. Allá por 1873, cuando el escritor contaba con 9
años de edad (cumplía los años precisamente el día de San Miguel, de ahí su onomástica), la villa
de Bilbao se encontraba sitiada por el ejército carlista. Es por ello que los bilbaínos y bilbaínas, a
los que les gustaba mucho asistir a Basauri, ante la imposibilidad de abandonar la ciudad
por el conflicto, tuvieron que celebrar la propia romería de San Miguel en El Arenal de Bilbao.
Así lo relata en su obra "Paz en la guerra" publicada en 1897:
"¡Qué día aquel en que bloqueada la villa, trajo a su Arenal la famosa romería de Basauri!"
"El día en que más gozó por entonces -refiriéndose a Miguel, personaje de la novela Paz en la
guerra – fue el de San Miguel, en que los bilbaínos, no pudiendo salir como en otros años a la
romería de Basauri, se la llevaron al Arenal de la villa".
Para realizar esta novela el autor bilbaíno tomó elementos de su conferencia “San Miguel de
Basauri en el Arenal de Bilbao" leída en la sociedad El Sitio la noche del 1 de mayo de 1892. En
una de las imágenes que adjuntamos podréis leer un pequeño fragmento de la misma que unos
días después publicó el diario El Nervión en su suplemento literario.
El Nervión
8 de mayo de 1892