TLAMACATZINTLI e.g. Agosto. 2014 | Page 15

"La parábola del joven tuerto"

Un muchacho tuerto, ha sido víctima de incontables abusos y burlas a lo largo de su vida, desde que el resto del mundo descubrió que se valía burlarse de él. El joven y su mamá anduvieron entonces solos un buen tiempo, desde tiempos remotos... cuando pasaron frente a un templo, rezaron por la salud del tuerto, que dejara de serlo, ayudarlo...Momentos después, el joven dejó de serlo, el milagro se había realizado, su ojo bueno ya no servía tampoco y ahora era ciego completo, orgulloso totalmente de sí mismo.

"Las vacas de Quiviquinta"

.Habla acerca de una madre india, están en un lugar que se encuentra en sequía, en la crisis total, los indios tratan de vender sus pocas pertenencias en el mercado, la tienda principal tiene precios estratosféricos y probablemente no sobrevivan. Los personajes principales (una familia) se encontraba en el mercado, cuando súbitamente llegó un carro echando una enorme polvareda tras de sí, y de él bajó un blanco que buscó entre la caliente muchedumbre hasta avistar a la madre de la familia en cuestión. Compró la leche de la señora en 75 pesos al mes, para amamantar a su hijo que seguramente se quedó sin mamá. .

"Hículi Hualula"

A un pueblo indígena, llegó un investigador de distintas culturas, a tratar de averiguar cómo vivían las personas en estos lugares. Pasa, hace amistades, conoce a gente, y se topa con la sorpresa de que hay alguien a quien todos temen.... “el tío”. No sabe quién, es sin embargo la sola mención hace huir a todos los presentes. Su verdadero nombre: Hículi Hualula, es aún más temido. Cuando va con varios padres del lugar, todos le niegan el conocimiento, hasta que días más tarde, uno de sus amigos conocidos ya desde antes, le pasa la información: el famoso “tío”, no es ningún “alguien”, sino un “algo”: el peyote, aquello que te eleva, que te “protege” del exterior, de los malos pensamientos, pero si no lo sabes usar, te mata.

"Los novios"

uUna relación amorosa y las vagas inquietudes del muchacho, descendiente de alfareros de Bachajón, por estar ya en edad de "querer tuna", como dice su padre; su vergüenza al ser descubiertos sus deseos, el conocimiento de "ella", el ceremonial de petición de mano; luego, el rito del matrimonio y, finalmente, la ida de ambos por el vallado donde "él toma entre sus dedos el regordete meñique de ella, mientras escuchan, bobos, el trino de un jilguero".