Falso dilema
Esta falacia ocurre cuando la información que tenemos en las premisas de un silogismo disyuntivo es exhaustiva. La falacia consiste en que la primera premisa puede ser engañosa, pues puede ser que no exista sólo dos posibilidades de opción y que, por ello, la conclusión no se siga necesariamente como pretendemos. Por ejemplo:
"Estás conmigo a favor de la huelga o estás con mis opositores. Sé que no estás conmigo, por lo tanto, estás con ellos".
Se incurre en esta falacia cuando en un argumento una palabra o concepto se utiliza con un doble significado y, por lo tanto, la conclusión no se sigue válidamente. Por ejemplo:
C. Referencia insuficiente
FALACIAS INFORMALES
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/ Semántica
Referencia insuficiente
Las más recurrentes son dos: petición de principio y la de falso dilema. Una falacia de este tipo ocurre cuando las referencias o la información que ofrecemos en las premisas resultan insuficientes para poder apoyar la conclusión que se quiere defender.
Petición de principio
Su nombre petitio principii consiste en repetir la conclusión como una premisa, textualmente o parafraseada aparentando que se está diciendo algo diferente a la conclusión y nos hace creer que se están ofreciendo premisas diferentes a aquélla, cuando en realidad sólo está repitiendo la conclusión de otra manera. Por ejemplo:
"Rogelio dice a sus amigos: todos los que le hablan a Mario son malos y uno de ellos pregunta:
¿por qué lo dices? A lo que Rogelio responde: pues porque todos los que le hablan no podrían ser personas buenas".
Semántica de equívoco
Se comete la falacia de equívoco, porque se usa dentro de un argumento una palabra con doble sentido. La palabra "hombre" como especie en la primera premisa, mientras que en la segunda premisa se utiliza como sinónimo de persona del sexo masculino.
"Todos los hombres son racionales, las mujeres no son hombres, por lo tanto, las mujeres no son racionales".
A. Semántica
Falacia de ambiguedad
Se cometen por ignorancia, mala intención o por hablar y escribir poco informados. Estas falacias entonces pueden ser semánticas, cuando se trata del significado de los términos, o sintáticas, cuando se trate de una mala construcción de las oraciones.