2. Haz un plan de cinco años.
tante rápido ahora. También somos propensos al
aumento de peso. El metabolismo se vuelve lento,
la pizza a medianoche se convierte en acidez es-
tomacal a las 3 a.m.
Esto es algo que siempre nos invitan a hacer, tal
vez siempre pensaste que era para adultos, te
darás cuenta de que eres uno y que es necesario
realizarlo.
Es básico en esta transición el tomarse en serio la
salud. Tanto mental como física. El ejercicio eleva
el estado de ánimo, alivia el estrés y trae muchos
otros beneficios que no deben tomarse a la ligera.
¡Estamos destinados a movernos!
¿Quién quiere trabajar toda su vida? Seamos ho-
nestos, si trabajar es el juego, dejar de hacerlo es
ganar el juego. A lo mejor no hablamos de retirar-
nos y vivir en una playa lejana sin hacer nada, más
bien nos referimos a tener tiempo y dinero para
hacer cosas que sean significativas para cada uno.
5. Sal de tu zona de confort.
A medida que vamos creciendo es común que nos
vayamos olvidando de la zona de confort y el lujo.
Si nos ponemos a observar la vida de atletas, es-
critores, psicólogos o comediantes de fama mun-
dial, “prácticamente personas que constantemen-
te están haciendo cosas increíbles con sus vidas”,
tenemos que identificar que ninguno de ellos vive
en una zona de confort. Independientemente de
lo que hayan logrado, nunca fue fácil.
Estas son las preguntas básicas que puedes rea-
lizarte, ¿Dónde me veo? ¿Dónde trabajo? ¿Qué
hago todos los días? ¿Dónde vivo? ¿Estoy sano?
¿Estoy haciendo cosas que amo?
Después de cuestionarnos, viene la parte dónde
nos ponemos a reflexionar y a identificar nues-
tros objetivos. Encontrar los pasos prácticos que
se tienen que tomar para llegar allí. Y después de
todo eso, hacer un plan, un plan para adultos de 5
años. Siempre será recomendable tener bien a la
vista nuestros objetivos, es de suma importancia
que después de todo el trabajo realizado, lo apun-
tes en un lugar que puedas observarlo y, sobre
todo, anhelarlo.
A veces la voz en tu cabeza (esa que te dice que no
puedes hacerlo), las pequeñas distracciones (las
que crees que son más importantes que tu traba-
jo), o los dramas que creas para ti mismo, te hacen
olvidar lo que se supone que debes hacer y perder
tus objetivos de vista. No permitas que esto su-
ceda y ten bien en claro qué quieres, cuándo lo
quieres y qué harás para conseguirlo.
3. Despídete de la gente que “no te deja avanzar”.
Cuando se es joven los amigos son fáciles de en-
contrar. Llega ese punto en la vida dónde al-
gunos de tus amigos aprenden a crecer,
otros simplemente se quedan quietos
o caen en patrones de comporta-
miento extraños. Es ahí cuando de-
bemos recordar este famoso dicho
"Dime con quién andas y te diré
quién eres”.
La verdad es que nuestras vidas
están muy influenciadas por las
personas con las que nos rodea-
mos. Nuestros compañeros de
trabajo, nuestros amigos, nuestras
familias. Es de gran importancia
rodearnos de personas que nos
alienten a alcanzar nuestras me-
tas, que tengan objetivos y sobre
todo que tengan algo en común
con nuestros ideales.
4. Muévete.
A medida que pasa el tiempo, nos
volvemos más propensos a la depre-
sión y las enfermedades mentales. Tal
vez sea la rutina constante o simplemente
la constatación de que el tiempo pasa bas-
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