Think Now Febrero 2019 | Page 32

EL AMOR MILLENNIAL VS EL ROMANTICISMO Con el paso de los años nuestra sociedad y las cos- tumbres han cambiado drásticamente en cuanto al amor; esto se ve claramente reflejado en los detalles y el tipo de citas que se acostumbra tener. En otras épo- cas donde un detalle como el regalar una flor o abrir la puerta del coche era lo esperado, hoy se ve sustituido por un mensaje de texto o un "like" por Facebook. lar flores o chocolates a la chica que le gusta, pagar la cuenta de la cena o llevar serenata a la puerta de la casa. Unos años atrás, esta clase de cosas podrían considerare como lo mínimo esperado. En la actualidad los jóvenes son más prácticos, tal vez más directos, en las cuestiones del amor. La tecnolo- gía, la igualdad de género y la comunicación informal rige sus vidas, lo que influye lógicamente en la bús- queda de pareja. Los millennials nos enseñan una vez más que su ma- nera de vivir la vida y de ver las cosas es totalmente diferente y en cuestiones de amor, no se quedan atrás. Es real que esta generación ha dejado como segunda opción el romanticismo, anteponiendo la tecnología y las cosas simples. La propuesta puede ser ¿por qué no combinar las dos épocas? Sería ideal poder vivir esta época de las redes sociales, los mensajes por whatsapp y las citas progra- mas en línea y a la vez, disfrutar de cierta etiqueta ro- mántica, de recibir detalles inesperados, de más flirteo antes de los compromisos directos. El doctor Walter Ghedin, psiquiatra y psicoterapeuta norteamericano, menciona que esta generación en particular da prioridad a la comunicación virtual, es por esto que con el paso de los años los detalles han ido perdiendo su lado romántico, en comparación a lo que se experimentaba en otras generaciones. Este amor a la antigua podría sacar lo mejor de ambas partes y, sobre todo, inyectar un poco de más de sen- timentalismo en cada día, para volver a la época donde "estar enamorado era más fácil". Existen características notables en los millennials, una de ellas es la falta de compromiso y la dificultad de poder establecerse. Es normal que al ser independien- tes y autónomos el valor personal de cada persona se anteponga ante cualquier situación, dejando a un lado completamente el buscar pareja o incluso estar intere- sados en esto. ¿Cómo era el amor en tiempos anteriores? ¿Cuá- les eran sus citas? Sin ir tan lejos, una o dos generaciones atrás, las citas acostumbradas eran más formales: una tarde de cine, un paseo por el parque, una cena a la luz de las velas. Y no hablar de los detalles ¿Llevar flores en la prime- ra cita? ¿Usar traje o vestido? Cosas simples y tal vez sin tanto valor económico complementaban cualquier encuentro y elevaban el romanticismo del momento. No olvidemos que la caballerosidad era un elemento fundamental. Aunque aún existen hombres con esta cualidad, cada vez es más difícil encontrar a uno que se muestre con el gesto de abrir la puerta o de rega- 31