El objetivo de Axe Capital
no es solo ganar dinero;
hay que humillar a la com-
petencia. Los trabajadores
de Bobby Axelrod, abduci-
dos por su endiosado jefe,
pelean a diario por hacer de
su empresa la más impor-
tante del mercado bursátil,
a costa de hundir, con todo
tipo de argucias, a su com-
petencia.
El hilo conductor de la se-
rie es, sin duda, la lucha
de poder de dos antihéroes
ambiciosos imposibles de
amar, pero más imposibles
de odiar. Son, en definitiva,
dos cabrones que se odia.
Hay que elegir al ‘bueno’.
BILLIONS NO VA DE DINERO… o al menos, no lo parece
¿Qué quieren contar los creadores de Billions? final, de momento, es mucho mejor que peor,
No está muy claro. Es un ataque a los multimi- pero la amenaza del absurdo acecha. ¿Quizá sea
llonarios, es una crítica a un sistema de justicia inevitable tratando lo que trata?
demasiado lento. Es una cruel burla a los valores
americanos, o quizá nada de esto. O todo a la
vez. Y es que da bandazos tonales y de interés
a lo largo de una docena de episodios capaces
de ofrecer lo mejor y lo peor. Un tono de thri-
ller con deudas a algunos grandes clásicos de los
años 70, la era del entretenimiento para adultos,
que no termina de casar bien con los aspectos
más humorísticos de la propuesta, sobre todo
en el día a día de las oficinas de Axe Capital.
Lo que sucede es que el dúo Brian Koppelman
y David Levien, unidos para la gestación de la
serie con el economista y escritor Andrew Ross
Sorkin, vienen del mundo del cine, y trasladan Wendy y Lara no son dos personajes secundarios.
un poco de esa mentalidad al formato de larga Las esposas de los, a priori, protagonistas, son tan
duración. Esto son doce horas en lugar de dos, importantes como ellos en la trama. La señora
y parece que serán muchas más (ya hay segun- Rhoades pide encarecidamente más minutos, más
da temporada firmada gracias a los espectacula- presencia y casi un papel excesivamente protago-
res resultados de audiencia) mientras se pueda nista. Ella sola hace girar la serie varias veces en una
mantener el prestigio, o al menos su apariencia. temporada. Tiene siempre la sartén por el mango.
Porque este drama tiene tanto de calidad como Lara, en cambio, abandona la persuasión por la ac-
de apariencia de calidad, y está tan bien rodado ción. Maneja la escena y, como sus esposos, no se
como cuestionablemente planeado. El resultado caen excesivamente bien...
DETRÁS DE DOS GRANDES MUJERES
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