NES
Nueva Escuela Secundaria de la Ciudad de Buenos Aires
Por todo lo expuesto, proponemos y priorizamos la
prevención inespecífica como abordaje posible en las
escuelas. Se entiende por prevención inespecífica a las
prácticas educativas que transmiten valores de cuidados integrales y hábitos saludables para el desarrollo
de las niñas, los niños y los jóvenes. Esto compromete
procesos a largo plazo, ya que incluye el trabajo con
valores, actitudes, comportamientos referidos a formas
alternativas de organizar la experiencia escolar de un
modo más saludable, con el propósito de promover
prácticas de cuidado. Tal como venimos explicando,
la línea preventiva inespecífica es una tarea central y
pedagógica de la escuela, que se basa en el accionar
comunitario, la construcción grupal del conocimiento y la participación de los jóvenes en proyectos que
no necesariamente aludan a la temática drogas, pero
que sí construyan protagonismo y los vinculen al arte,
la creatividad, la cultura, las ciencias, la comunicación y
los deportes, entre otras áreas; es decir, proyectos que
colaboren a formar el propio proyecto de vida.
Es indiscutible, en estos espacios, la pertinencia del
uso de diversas técnicas de trabajo como debates, análisis de casos o situaciones, dramatizaciones, búsquedas de información en fuentes para profundizar determinados tópicos, etcétera. Es necesario subrayar que la
construcción de prácticas de promoción de la salud no
se agota en el trabajo que pueda realizarse desde un
espacio, asignatura o un taller. Esto implica una oportunidad privilegiada de articulación entre asignaturas y con
otros actores institucionales y comunitarios. Es posible
plantear distintos recorridos para los contenidos del espacio; no es necesario que sean abordados en el orden
presentado en la especificación de cada año.
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Cualquiera sea el recorrido que se defina, la propuesta implica abordar los contenidos curriculares
que se deben conocer, enseñar y aprender, así como
también las dimensiones de la institución educativa
que se vinculan a un contexto saludable para enseñar
y aprender y, fundamentalmente, generar espacios de
encuentro, de diálogo y comunicación entre pares y/o
con adultos. Consideramos fundamental el lugar desde
donde se sitúe el adulto frente a los jóvenes. Para ello,
es fundamental sostener una óptima asimetría, logrando ocupar el lugar de un adulto significativo y poder así
ser referencia de los alumnos.
La reflexión acerca de cómo los adultos de una comunidad cuidan a sus niños y jóvenes es un trabajo necesario a realizar para poder situarse en la perspectiva
de derechos que aquí se presenta.
Para fortalecer la autoestima, los potenciales de salud, los proyectos de vida, será fundamental el lugar de
un adulto que pueda escuchar, reconocer y cuidar. Es
un objetivo fundamental que los niños, adolescentes y
jóvenes estén en la escuela, y que allí se aborden las
situaciones problemáticas que puedan vulnerar su posibilidad de acceso y permanencia. Así entendida, la
escuela se constituye en la institución privilegiada para
sostener, reconstruir sentidos, deseos y proyectos.
Proyectos con sentido, fruto de la elaboración grupal.
Si se escucha, se construye grupalmente, y eso genera
compromiso entre los miembros del grupo. Cuando un
grupo está comprometido con su proyecto, este cobra
sentido. No se trata del “gran proyecto”, sino de los
pequeños proyectos de la vida cotidiana, que terminan
dando un sentido y razón de ser a la existencia.
mINISTERIO DE EDUCACIÓN DIRECCIÓ N GENERAL DE PLANEAMIENTO e innovación educativa GERENCIA OPERATIVA DE CURRÍCULUM