97
Espacio
5 Espacio
Josep Maria Montaner
El mayor esfuerzo intelectual y formal del Movimiento Moderno consistió en definir una nueva
concepción de espacio utilizando el soporte
productivo de los nuevos avances tecnológicos
-estructuras de acero o de hormigón armado y
cerramientos de cristal- y los nuevos instrumentos formales de la abstracción. Con ello se daba
continuidad a la concepción platónica y a la tradición matemática del espacio que aparece primero en los textos de August Schmarzow y Alois
Riegl, especialmente en el libro de Riegl, El
arte industrial tardorromano (1901). Ya antes,
Gottfried Semper había señalado que entre las
distintas artes y técnicas tectónicas, la arquitectura era la técnica y el arte del espacio. Más tarde
se desarrolla en todo tipo de experiencias: en
la pintura cubista, en las creaciones e interpretaciones de László Moholy-Nagy,1 en los modelos neoplasticistas de Van Doesburg y Rietveld,
en los experimentos de la Bauhaus, en ejercicios constructivistas como los Proun de El Lissitzky o los Merzbau de Kurt Schwitters, y en
los prototipos de Mies van der Rohe y Le Corbusier. Una concepción de espacio que es crucial
en las interpretaciones historiográficas más relacionadas con el Movimiento Moderno, en autores como Sigfried Giedion y Bruno Zevi, cuya
teoría e historia se basan en entender la evolu-
ción y la esencia de la arquitectura como creación de espacio.
Espacio interior
Riegl presenta como paradigma del espacio arquitectónico el interior delimitado y perfecto del
Panteón de Roma. La conquista del espacio interior en una obra tardorromana como el Panteón
de Agrippa es el resultado de un laborioso proceso de búsqueda de un espacio interior libre,
vaciando la masa construida de los edificios de
valor simbólico. La cultura técnica romana se
basó en la asimilación de las culturas griega y
etrusca, contraponiendo al origen constructivo
de los órdenes griegos el uso