Test Drive | Page 104

104 Introducción a la arquitectura. Conceptos fundamentales l’Annunziata; que exhibe primitivismo y que, otra vez, refleja el precedente del mundo griego, situándose como un “tholos”. La casa permite contemplar desde su terraza el cielo y el mar, admirar el horizonte, vivir en contacto con el infinito11. Parafraseando a Martin Heidegger12 podemos establecer que intervenciones como la de Malaparte en las rocas de Punta Massullo convierten un “sitio” indeterminado en un “lugar” irrepetible y singular. Se han convertido en paisajes que deben su imagen característica a la arquitectura. También encuentran eco los razonamientos de Maurice Merleau-Ponty, cuando al tratar de la experiencia corporal del hombre y del espacio existencial señala que “la estructura punto-horizonte es el fundamento del espacio” y que “la conciencia del lugar es siempre una conciencia posicional.”13 En las últimas décadas, la idea de lugar ha tenido un peso específico muy variable y se ha interpretado de distintas maneras. En la pequeña escala se entiende como una cualidad del espacio interior que se materializa en la forma, la textura, el color, la luz natural, los objetos y los valores simbólicos. En la gran escala se interpreta como genius loci,14 como capacidad para hacer aflorar las preexistencias ambientales, como objetos reunidos en el lugar, como articulación de las diversas piezas urbanas -plaza, calle, avenida. Es decir, como paisaje característico. Una ulterior y más profunda relación entendería el concepto de lugar, precisamente, como la adecuada relación entre la pequeña escala del espacio interior y la gran escala de la implantación. En las obras de arquitectos de la llamada tercera generación -Luís Barragán, José Antonio Coderch, Fernando Távora, Jörn Utzon, Roberto Burle Marx- renace el interés por la arquitectura vernacular al unísono de esta sensibilidad por el lugar15. En todos estos casos se produce una resonancia respecto a las concepciones de Martin Heidegger, pasándose de una arquitectura basada en la idea de espacio a una basada en la idea de lugar. Según el texto crucial de Heidegger, Construir, habitar, pensar (1951), “los espacios reciben su esencia no del espacio sino del lugar (...) los espacios donde se desarrolla la vida han de ser lugares.”16 De nuevo aflora la influencia del pensamiento griego y la referencia al templo dórico. Y sin duda el pensamiento de Heidegger, junto con las aportaciones de Edmund Husserl y Maurice Merleau-Ponty, han sido el más certero catalizador de toda reflexión contemporánea sobre el concepto de lugar. Christian Norberg-Schulz, seguidor de estas concepciones, se opone a toda teoría de la movilidad, de los espacios transitorios, y defiende que “si se elimina el lugar se elimina al mismo tiempo la arquitectura... El espacio existencial consiste siempre en lugares”. Norberg-Schulz Nos referimos especialmente al escrito de Martin Heidegger “Costruire, abitare, pensare” en Saggi e discorsi, Mursia, Milán, 1976, p.102. 13 Maurice Merleau-Ponty, Fenomenologia della percezione, Casa Editrice Il Saggiatore, 1965. 14 La idea de genius loci se basa en la antigua creencia romana de que todo ser independiente tiene su genius o espíritu guardián. Los dioses familiares que habitaban la casa romana eran los lares -espíritus guardianes de la casa- los genius -divinidades tutelares del cabeza de familia- y los penates -divinidades protectoras de la comida-. 15 Para más referencias respecto a estos arquitectos, véase Josep Maria Montaner, Después del Movimiento Moderno. Arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, Gustavo Gili, Barcelona, 1993 y 1995. 16 Martin Heidegger, op. cit. 12 © Los autores, 2001; © Edicions UPC, 2001.