Test Drive | Page 308

Once millones, amigo mío. Once millones... Eso es algo que no admitiré nunca, a menos que los cuente yo mismo. Cuéntalos, Conseil. Pero terminarás antes creyéndome. Además, los franceses, los ingleses, los americanos, los da-neses, los noruegos, pescan los abadejos por millares. Se consume en cantidades prodigiosas, y si no fuera por la asombrosa fecundidad de estos peces los mares se verían pronto despoblados de ellos. Solamente en Inglaterra y en Estados Unidos setenta y cinco mil marineros y cinco mil barcos se dedican a la pesca del bacalao. Cada barco captura como promedio unos cuarenta mil, lo que hace unos veinti-cinco millones[L21] . En las costas de Noruega, lo mismo. Bien, creeré al señor y no los contaré. ¿Qué es lo que no contarás? Los once millones de huevos. Pero haré una observa-ción. ¿Cuál? La de que si todos los huevos se lograran bastaría con cuatro bacalaos para alimentar a Inglaterra, a América y a Noruega. Mientras recorríamos los fondos del banco de Terranova vi perfectamente las largas líneas armadas de doscientos an-zuelos que cada barco tiende por docenas. Cada línea, arras-trada por un extremo mediante un peque