pensamientos como los que adornan vuestros pergaminos de
fama.
13. "Una hueste de gigantes vigorosos de la filosofía, de la
poesía, de la ciencia y del arte nacieron en el suelo de la Grecia
y arrullaron a la humanidad en su cuna de puro pensamiento.
14. "No vine aquí a hablaros de ciencia, de filosofía, de arte, en
los que sois los maestros más formidables del mundo.
15. "Pero todas estas conquistas no son sino peldaños hacia
mundos que están fuera del plano de los cinco sentidos; no son
sino sombras fantásticas que danzan en las murallas del
tiempo.
16. "He venido a hablaros de una vida imperecedera.
17. "En la ciencia y en la filosofía no hay poder suficientemente
grandioso que permita al ego reconocerse a sí mismo o
comulgar con Dios.
18. “No vengo a detener la corriente de los grandes raudales del
pensamiento, sino a encausarla por los canales del alma.
19. "Sin el auxilio de la respiración espiritual, el trabajo del
intelecto tiende a solucionar los problemas de las cosas que
vemos y nada más.
20. "Los sentidos fueron hechos para hacer a la mente
simplemente pinturas de las cosas aparentes; no pueden operar
con las cosas reales; no pueden comprender la ley eterna.
21. Pero el hombre tiene algo en su alma, un algo que rasgará el
velo, para permitirle ver ese mundo de realidades.
22. "A ese algo lo llamamos conciencia espiritual. Ese algo
duerme en toda alma, donde no puede ser despertado sino
cuando la Santa Respiración llega a ser su huésped bien
venido.
23. "Esta Santa Respiración golpea a la puerta de toda alma,
pero no le es permitido entrar sino cuando la voluntad del
hombre le abre de par en par las puertas.
24. "En el intelecto no hay poder para desechar llave a esas
puertas, ambas, la filosofía y la ciencia, han trabajado
arduamente para conseguir siquiera un vistazo de lo que ocurre
tras el velo; pero no lo han conseguido.
25. "El resorte secreto que abre de par en par las puertas del
alma no se alcanza a tocar por otro medio que el de pureza en la
vida, por la oración y el pensamiento santo.
26. "Retorna, oh místico arroyo del pensamiento griego, y
mezcla tus linfas cristalinas con el diluvio de la vida espiritual.