16. Y Jesús dijo: No quiero regalos porque estoy satisfecho. Si
pudiera hacer felices en este día a muchos niños, estaría
grandemente complacido.
17. Ahora bien, hay en Nazaret muchos niños y niñas con
hambre que estarían muy felices al comer con nosotros en esta
fiesta y participar de los placeres de este día.
18. El don más precioso que podrías darme sería tu permiso
para ir, encontrar a los necesitados y traerlos aquí para que
participen de nuestra fiesta.
19. Joaquín dijo: Esta bien. Anda encuentra a los niños y a las
niñas necesitados. Y tráelos aquí. Prepararemos bastante para
todos.
20. Jesús no esperó; corrió; entró a cada cabaña, a cada cuarto
obscuro de la población, y sin desperdiciar palabras dio su
mensaje a cada cual.
21. Y en corto tiempo ciento sesenta niños y niñas haraposos e
infelices le siguieron por la Vía Marmión.
22. Los huéspedes abrieron paso; el comedor se llenó con los
huéspedes de Jesús, y Jesús y su madre ayudaron a servir.
23. Y hubo comida suficiente para todos, y todos estuvieron
contentos; y así el regalo en el cumpleaños de Jesús fue una
corona de rectitud.
Capítulo 17
Jesús habla con el rabí de la Sinagoga. De Nazaret. Critíca la
estrechez del pensamiento judaico.
1. El Rabí Barachia de la Sinagoga de Nazaret ayudaba a María
en la enseñanza del hijo.
2. Una mañana, terminado el servicio de la Sinagoga, el Rabí
dijo a Jesús que estaba sentado en pensamiento silente: ¿Cuál
es el más grande de los diez mandamientos?
3. Y Jesús dijo: No veo que ninguno de los Diez Mandamientos
sea más grande. Veo un hilo de oro que corre a través de los
Diez Mandamientos, que los ata fuertemente y que hace de
todos ello uno.
4. Este hilo es el amor que pertenece a cada palabra de todos
los Diez Mandamientos.
5. Quien esta lleno de amor no puede hacer otra cosa que
adorar a Dios, porque Dios es amor.