9. Los sabios de las edades te han llamado precursor. Los
profetas te han visto y han dicho: He aquí que Elías ha
regresado.
10. Tu misión aquí es la de precursor, porque debes ir delante
de la faz del Mesías preparando su vía. Y hacer que los pueblos
estén listos para recibir a su rey.
11. Estar listos significa pureza de corazón: sólo el puro de
corazón puede reconocer a su rey.
12. Para enseñar a los hombres a ser puros de corazón tienes
que ser tú mismo puro de corazón y de palabra y de acción.
13. En tu infancia se hizo el voto y llegaste a ser Nazareno. No te
rasurarás ni la cara ni la cabeza, ni probarás ni vinos ni bebidas
alcohólicas.
14. Los hombres necesitan un prototipo para sus vidas; les
agrada ser guiados no guiar.
15. El hombre que se pone de pie en el cruce de los caminos y
apunta las vías sin ir él mismo por ellas, es un apuntador. Un
signo de madera puede hacer lo mismo.
16. El maestro anda el camino; en cada paso deja su huella
claramente estampada, para que todos puedan verla y estar
seguros de que él, el maestro, pasó por allí.
17. Los hombres comprenden la vida interior por lo que ven y
hacen. Vienen a Dios por medio de ceremonias y ritos.
18. De allí que cuando tú hagas saber a los hombres que sus
pecados se lavan por pureza en la vida, habrás establecido un
rito simbólico.
19. Lava en agua los cuerpos de las gentes que resuelvan
alejarse del pecado y esforzarse para conseguir la pureza de la
vida.
20. Este rito de la purificación es un rito preparatorio y quienes
así se purifican forman la Iglesia de la Pureza.
21. Y tú dirás: Oídme, hombres de Israel: reformaos y lavaos,
llegad a ser hijos de la pureza, y seréis perdonados.
22. Este rito de purificación y esta iglesia son simplemente
símbolos de la limpieza del alma por purificación de la vida y del
reino del alma, que no viene por demostraciones externas sino
que es la iglesia interna.
23. Ahora bien, tú nunca apuntarás la vía ni dirás a las
multitudes que hagan lo que tú nunca has hecho, sino que irás
primero y así mostrarás la vía.