cuando estaban desatándola, el dueño dijo: ¿Por qué os lleváis
la pollina?
8. Y los discípulos dijeron: El maestro la necesita. Y entonces el
dueño dijo: está bien.
9. Y trajeron el animal y en el lomo le colocaron sus mantos y
Jesús montó en la pollina y emprendió el camino a Jerusalem.
10. Y grandes multitudes vinieron y llenaron la vía, y los
discípulos, alabando al señor, decían:
11. Tres veces bendito es el rey que viene en el nombre de Dios.
Toda gloria a Dios y paz en la tierra y buena voluntad para los
hombres.
12. Y muchos arrojaban sus ropas en la vía y arrancaban ramas
de los árboles y las tiraban en la vía.
13. Y muchos niños venían con enormes guirnaldas de flores
perfumadas y las colocaban sobre el Señor y las arrojaban en
su camino, diciendo:
14. Que viva el rey. Hosanna al Señor de los ejércitos. Va a
reconstruirse el trono de David. Hosanna al Señor de los
ejércitos.
15. Entre la multitud había fariseos que decían a Jesús a su
paso: Reprende a esta plebe gritona. Es una vergüenza que
griten así en las calles.
16. El Señor contestó: yo os digo hombres, que si ellos callaran,
las mismas piedras gritarían muy alto.
17. Entonces los fariseos conferenciando entre ellos dijeron:
Nuestras amenazas son palabras ociosas. Mirad que todo el
mundo le sigue.
18. Y al acercarse Jesús a Jerusalem se detuvo, lloró y dijo:
Jerusalem, Jerusalem, ciudad santa de los judíos. Tuya fue la
gloria del Señor, pero tú has arrojado de tí al Señor.
19. Tus ojos se han cerrado; no puedes ver al rey. El reino del
Señor de los cielos y de la tierra ha venido y vosotros no lo
comprendéis.
20. Mira que el día vendrá en el que huestes extranjeras echarán
un dique a tu rededor, te sitiaran, te cercaran por todos lados.
21. Y te echaran en tierra, y en tus calles te matarán y matarán a
tus hijos.
22. Y no quedará piedra sobre piedra de tu santo templo, de tus
palacios, de tus murallas, porque has menospreciado los dones
del Dios de los cielos.