25. ¡Infortunio para vosotros que construís las tumbas de los
profetas y de los videntes; aquellos mismos que vuestros
padres mataron; y vosotros sois partícipes del crimen.
26. Y ahora, mirad que Dios os ha enviado otra vez a sus
hombres santos: apóstoles, profetas, videntes, y vosotros los
perseguís.
27. El tiempo se acerca en que los acusareis ante los tribunales,
los despreciareis en las calles, los aprisionareis y los matareis
con placer infernal.
28. Yo os digo que la sangre de todos los hombres santos de
Dios que ha sido derramada, desde el justo Abel hasta Zacarías,
padre del Santo Juan,
29. Que fue asesinado al pie del altar en Lugar Santo.
30. La sangre de todos estos hombres santos ha enrojecido
más las manos de esta generación impía.
31. ¡Infortunio para vosotros, los abogados, que arrebatáis las
llaves del conocimiento de las manos de los hombres,
32. Y cerráis la puerta y ni entráis ni permitís que entren los que
tienen voluntad de hacerlo.
33. Sus palabras irritaron a los fariseos, a los abogados y a los
escribas, quienes resentidos, derramaron sobre él torrentes de
vituperio.
34. Las verdades que hablaba eran como un trueno de los
cielos; los gobernantes discurrían cómo hacerle caer en una
celada con sus propias palabras. Buscaban un camino legal
para derramar su sangre.
Capítulo 109
Los cristianos se van a un lugar apartado a orar. Jesús les previene
contra la característica de los fariseos y revela el hecho de que todo
pensamiento y toda acción se archiva en el Libro de Memorias de
Dios. La responsabilidad del hombre y el cuidado de Dios.
1. Cuando el banquete hubo terminado, Jesús con los maestros
extranjeros y los doce, con María, Miriam y un grupo de mujeres
leales que creían en el Cristo, fueron a un lugar apartado a orar.
2. Y cuando terminó su silencio Jesús dijo: Estad en guardia; la
levadura de los fariseos ha llenado toda medida del alimento de
vida.
3. Es un veneno que actuará en todo cuanto toque y que
agostará las almas tan seguramente como las emanaciones
diabólicas; esto es hipocresía.