14. Entonces los enfermos, en pelotones, vinieron al curandero
y a los doce, presionándolos duramente e implorando ser
curados.
15. Y era tanta su presión que poco podía hacerse, de modo que
los cristianos se escaparon de las vías congestionadas y se
fueron a lugares desiertos donde enseñaron a las multitudes
que les siguieron.
16. Y después de muchos días los cristianos se fueron a
Cafarnaúm. Cuando corrió la noticia de que Jesús había
regresado a su casa, las gentes vinieron y de tal modo llenaron
la casa que, hasta la puerta, no había sitio desocupado.
17. Y estaban presentes, escribas, fariseos y doctores de la ley
de todas las partes de Galilea y de Jerusalem. Y Jesús les abrió
la vía de la vida.
18. Cuatro hombres trajeron a un paralítico en una camilla; y
viendo que no podían pasar por la puerta elevaron al enfermo al
techo y, abriendo una vía, lo bajaron ante la faz misma del
curandero.
19. Y cuando Jesús vio su fe. dijo al paralítico: Hijo mío, siente
el goce, todos tus pecados son perdonados.
20. Y cuando los escribas y los fariseos oyeron lo que acababa
de decir, dijeron: ¿Por qué habla así? ¿Quién sino Dios puede
perdonar los pecados de los hombres?
21. Y Jesús captó su pensamiento; conoció que estaban
disputando entre ellos, y les dijo:
22. ¿Por qué disputáis entre vosotros? ¿En qué se diferencia si
yo digo: Tus pecados te son perdonados; o si digo: Levántate,
toma tu cama y anda?
23. Pero justamente para probar que los hombres pueden aquí
perdonar los pecados de los hombres, yo digo, (y entonces
habló al paralítico):
24. Levántate, toma tu cama y ándate.
25. Y en la presencia de todos se levantó, tomó su cama y se
fue.
26. Las gentes no podían comprender lo que veían y oían. Se
decían entre ellos: éste es un día que no olvidaremos; hemos
visto cosas maravillosas en este día.
27. Y cuando las multitudes se hubieron ido, se quedaron sólo
los doce, y Jesús les dijo a ellos:
28. La fiesta judaica se aproxima; en la próxima semana iremos
a Jerusalem para encontrarnos con nuestros hermanos de