9, En toda tierra el fuerte esclaviza y mata al débil. Todos los
reinos surgen por la fuerza de las armas, por la fuerza se hace
rey.
10. Este Jesús viene a derribar este reinado férreo de la fuerza,
y a sentar el Amor en el trono del poder.
11. Y Jesús no teme a hombre alguno. Predica valientemente,
en los patios de los reyes y en todo lugar, que las victorias
alcanzadas por la fuerza de las armas son erróneas.
12. Que toda meta digna de alcanzarse debe ser alcanzada
suavemente y por amor, exactamente como el Príncipe de la
Paz, Melquisedec, el sacerdote de Dios, alcanzó victorias
valiosas en la guerra sin derramar ni una gota de sangre.
13. ¿Qué dónde están los templos del Cristo? El no ejerce su
ministerio en tabernáculos hechos con las manos; sus templos
son los corazones de los hombres santos que están preparados
para ver al rey.
14. Los bosques de la naturaleza son sus sinagogas; su foro es
el mundo.
15. No tiene sacerdotes vestidos como títeres para que los
admiren los hombres, porque todo hijo del hombre es sacerdote
del Amor.
16. Cuando el hombre ha purificado su corazón por la fe, no
necesita intermediarios que intercedan.
17. Está en relaciones amigables con Dios; no tiene miedo; es
capaz y tiene valor suficiente para abandonar su cuerpo en el
altar del Señor.
18. De esta manera todo hombre es su propio sacerdote y él
mismo es su sacrificio viviente.
19. No necesitas buscar al Cristo porque cuando se purifica tu
corazón el Cristo vendrá, y morará contigo para siempre.
20. Y entonces Lamaas prosiguió su camino y llegó a donde
Jesús enseñaba en el vado.
21. Y Jesús al verle dijo: ¡Mirad la Estrella de la India!
2Z Y Lamaas dijo: ¡Mirad el Sol de la Rectitud! Y confesó su fe
en Cristo, y le siguió.
Capítulo 81
Los Cristianos se van a Galilea. Se detienen junto al pozo de Jacob y
Jesús enseña a una mujer de Samaria.