5. Cuando me presente ante los hombres y me exijan pruebas
de mi misión mesiánica ¿qué les diré?
6. Y entonces vino el tentador y le dijo: Si eres hijo de Dios,
ordena que estas piedras se conviertan en pan.
7. Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me exige una prueba: NO es
signo de que uno es hijo de Dios el que haga milagros; los
diablos pueden hacer cosas poderosas.
8. ¿No hicieron los magos negros grandes cosas ante los
Faraones?
9. Mis palabras y hechos en todos los caminos de mi vida serán
la prueba de mi misión mesiánica.
10. Y entonces el tentador dijo: si te vas a Jerusalem y del
pináculo del templo, te arrojas a la tierra, las gentes creerán que
eres el Mesías enviado de Dios.
11. Seguramente puedes hacer esto, porque David dijo: El da
orden a sus ángeles de cuidarle y con sus manos le sostienen
para que no caiga.
12. Y Jesús dijo: No me es permitido tentar al Señor mi Dios.
13. y entonces el tentador dijo: Mira el mundo, mira sus honores
y su fama, mira sus placeres y su riqueza.
14. Si por ellos me das tu vida, ellos serán tuyos.
15. Pero Jesús dijo: Aléjense de mi todos los pensamientos
tentadores. Mi corazón está fijo. Desprecio este ego carnal con
todas sus ambiciones y su orgullo.
16. Por cuarenta días Jesús luchó con su ego inferior y su ego
superior triunfó. Entonces tuvo hambre, pero sus amigos, que
le habían encontrado, le sirvieron.
17. Entonces Jesús dejó el desierto, y en la conciencia de la
Santa Respiración, fue a los Campos de Juan y enseñó.
Capítulo 66
Seis de los discípulos de Juan siguen a Jesús y vienen a ser sus
discípulos. Les enseña. Se sientan en el silencio.
1. Entre los adherentes de Juan había muchos hombres de
Galilea. Los más devotos eran Andrés, Simón, Santiago, Juan
con Felipe y su hermano de Betsaida.
2. Un día, mientras Andrés, Felipe y un hijo de Zebedeo
conversaban con el precursor, el Logos vino, y Juan exclamó:
¡Mirad al Cristo! Mirad.