27. En este descenso perdió sus derechos hereditarios; perdió
su armonía con Dios, e hizo discordantes todas las notas de la
vida.
28. Inarmonía, mal, pecado es lo mismo. Así pues el mal, el
pecado es la obra del hombre.
29. Ashbina escribió el cuarto:
30. La semilla nunca germina en la luz, ni crece sino en su suelo
adecuado y escondiéndose de la luz.
31. El hombre es la semilla de la vida eterna; pero en los éteres
del Dios Trino y Uno la luz era demasiado intensa para que la
semilla pudiera crecer.
32. Entonces el hombre buscó el suelo de la vida corpórea, y en
la obscuridad de la tierra encontró el sitio en el que podía
germinar y crecer.
33. La semilla ha echado raíces y ha crecido bien a su plenitud.
34. El árbol de la vida humana está elevándose de la tierra, del
plano de las cosas corpóreas y, siguiendo la ley de la
naturaleza, está alcanzando forma perfecta.
35. No hay actos supernaturales de Dios para levantar al
hombre de la vida material a la bendición espiritual. El hombre
crece como crece la planta y a su tiempo debido alcanza la
perfección.
36. La cualidad del alma que hace posible para el hombre
elevarse a la vida espiritual es la pureza.
Capítulo 59
Continua la reunión de los sabios. Los postulados restantes. Los
sabios bendicen a Jesús. Silencio de siete días.
1. Apolo escribió el quinto:
2. El hombre es atraído a la perfecta luz por cuatro caballos
blancos, que son: Voluntad, Fe, Ayuda y Amor.
3. Lo que el hombre tiene Voluntad de hacer, hace, tiene el
poder de hacerlo.
4. Un conocimiento de ese poder es Fe, y cuando la Fe se
mueve, el alma comienza a volar.
5. La fe egoísta no nos conduce a la luz. El peregrino en el
camino hacia la luz no es solitario. El hombre nunca escala las
alturas sino ayudando a otro a alcanzar las alturas.
6. Y el caballo que toma la delantera de la vía a la vida espiritual
es el Amor; el amor puro de egoísmos.