HORMONAS Y CONTROL QUÍMICO
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Cuadro 21.1 (continuación)
Origen y hormona
Hipófisis anterior (continuación)
Hormona melanocitoestimulante
1
Hipófisis posterior
Oxitocina
ADH
Apófisis
Melatonina
1
Prlnclpal(es) efecto(s)
Controla la pigmentación de la piel de los vertebrados inferiores al aumentar la
síntesis y la dispersión de la melanina, de modo que la piel se oscurece
Estimula a los músculos uterinos para que se contraigan y a las glándulas
mamarias par a que expulsen la leche
Estimula una mayor reabsorción de agua en los riñones y la constricción de los
vasos sanguíneos (y de otros músculos lisos)
Controla la distribución de los pigmentos y los ciclos circadianos
Al parecer almacena hormonas sintetizadas por el hipotálamo.
aldosterona, el principal esteroide controlador del sodio
en el ser humano (véase la Sec. 20.5). La acción primaria
de la aldosterona es promover la absorción del sodio presente en el filtrado que se encuentra en el segmento distal del tubo renal, de donde pasa otra vez a la
sangre. La secreción de aldosterona aumenta cuando se
eleva la concentración de potasio en la sangre y, lo que
es aún más importante, cuando disminuye la presión en
las arteriolas que se dirigen a los glomérulos renales; por
ejemplo, cuando ocurre un taponamiento de los vasos
sanguíneos.
EJEMPLO 3 Cada riñón, en combinación con la sangre,
integra un sistema endocrino que incrementa la presión arterial en respuesta a la oclusión de la arteria renal. Cuando se
presenta ese bloqueo, la corteza renal libera una sustancia
química —renina— que reacciona con una proteína de la
sangre para formar anglotensina, un vasoconstrictor (Fig.
21.3). La combinación del flujo limitado y el mayor gasto cardiaco compensatorio eleva la presión arterial y de ese modo
desaloja el tapón de la arteria renal. Por otra parte, la angiotensina también hace que la corteza suprarrenal secrete una
mayor cantidad de aldosterona, lo que aumenta un poco
más la presión arterial.
Los glucocorticoides, por ejemplo el cortisol (hidrocortisona) y la corticosterona, son secretados por la
capa cortical intermedia o zona fascicular. Dichos esteroides elevan las concentraciones de azúcar en la sangre
al promover dentro del hígado la degradación de proteínas a aminoácidos y la conversión de estos en glucosa.
Además, una mayor concentración de glucocorticoides se
relaciona con un grado considerable de degradación del
tejido linfático, lo que a su vez está vinculado con una
respuesta inmunológica menor. El estrés es el estímulo
que desencadena inicialmente la liberación de los
glucocorticoides. Los impulsos nerviosos ocasionados
por el estímulo de estrés inducen al hipotálamo, glándula
endocrina situada en el encéfalo, a secreta, el factor liberador de la cortlcotroplna (CRF, del inglés corticotropin releasing factor). Este factor va hasta la hipófisis
anterior, glándula endocrina íntimamente asociada con el
hipotálamo, donde estimula la secreción de la hormona
adrenocorticotrópica (ACTH, del inglés adrenocorticotropic hormone), también llamada corticotropina o adrenocorticotropina. La ACTH induce secreción de
glucocorticoides, los que a su vez ejercen un efecto
de retroalimentación negativa sobre el hipotálamo y sobre la secreción de CRF y ACTH en la hipófisis anterior.
La capa más interna de la glándula suprarrenal, llamada zona reticular, secreta algunos corticosteroides y
cantidades importantes de andrógenos masculinizantes.
También se produce una pequeña cantidad de esferoides
sexuales femeninos. En algunos casos, ciertos tumores
presentes en la corteza suprarrenal producen un exceso
de andrógenos que masculiniza excesivamente a las
mujeres.
La médula de la glándula suprarrenal se deriva del
ectodermo y no es incorrecto considerarla parte del sistema nervioso autónomo. La estimulación directa de dicho
sistema la induce a secretar (en proporción de 4:1) las
hormonas catecolamínicas adrenalina (epinefrina) y
noradrenalina (norepinefrina), las cuales son importantes mediadores de las respuestas de emergencia ("lucha
o escape"). De hecho, sus efectos sobre los órganos del
cuerpo son casi idénticos a los efectos de la estimulación
simpática directa.
Debido a que las glándulas hipófisis y suprarrenales suelen participar en las respuestas a una variedad de
estreses fisiológicos, se planteó el concepto de un eje hi·
pofisoadrenal. El fisiólogo canadiense Hans Selye recibió el crédito de haber postulado la teoría del sindrome