DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
ideas, los microbios, etc. del todo sobre el todo, cuentan sus historias
originales, que principiaron en el reino de los cielos; el número viviente
maravillará al mundo de la prueba en grado infinito; de este número divino,
dependen los tamaños futuros, que tendrán los productos de la tierra; el Hijo
de Dios en su divina gloria, hará crecer todo fruto de la tierra, a un tamaño
tal, como jamás vieron ojos humanos; el número viviente se comporta en los
platillos voladores, en infinitas psicologías individuales-numerales; cada
número viviente, posee su propia individualidad de número; tal como la posee
la criatura humana; un libre albedrío de un número viviente es tan pensante
como lo sería un espíritu; lo que tiene el espíritu, lo tiene el número viviente
en su respectiva ley de número; el número viviente en su individualidad de
número, se expresa en sensaciones, virtudes, ideas, elementos; en donde
exsíste medida, límite, peso etc. etc. allí está el querubín numeral; todo
número viviente crea sus propias leyes numerales, a medida que reencarna en
tal o cual alianza de vida; toda su gloria ó divina jerarquía de número, de él
sale; tal como el futuro destino de un espíritu humano, sale de sí mismo; sale
de sus propias obras; el número viviente escoge la psicología numeral, de
acuerdo a sus propias características que posee en su individualidad numeral;
tiene su propia manera de ser, como la tiene el espíritu; los números vivientes
participan en todos los niveles de cálculos, que piden los espíritus en sus
reencarnaciones; todos recurren a ellos, para poder conocer la sensación del
cálculo; y dentro de la propia sensación, infinitos niveles de cálculo; todos
pidieron el límite en sí mismo, dentro de lo que podría hacer la capacidad; y
todos pidieron sentir el infinito, subordinado a sus propias sensaciones; el
número viviente participó en todo lo microscópico del todo sobre el todo, que
cada cual pidió en su propia reencarnación; en cada poro de los trillones de
poros, que cada uno posee en sí mismo; tal como sucede en los infinitos
platillos voladores; en sus construcciones participa el número viviente,
molécula por molécula, del todo sobre el todo, del platillo volador; el número
viviente nace también pidiendo cálculos numéricos; su divina reencarnación
numeral, es un magnetismo de sucesivas vibraciones, cuyas moléculas están
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