DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
del desarrollo de lo variable, se van expandiendo y constituyéndose en
universos que jamás tendrán límite; y sucede que cada uno en sí mismo, se
constituye en el movimiento eterno; lo eterno de sí mismo, va dejando por
herencia y por creación expansiva, nuevos cielos eternos; todo lo que se será,
se es, y se fué, absolutamente todo salió de sí mismo; lo que se es constituye
la más perfecta de las medidas, de la divina justicia de Dios; cada
reencarnación o nacer de nuevo, es un nuevo punto de partida que dará lugar
a otros infinitos puntos de partida; los puntos de partida en la criatura
humana, corresponden en número, al mismo número de moléculas de carne,
que posee cada cuerpo humano; cada reencarnación es un nuevo punto de
partida; es una nueva imagen de Dios; a imagen y semejanza de Dios; cada
criatura del universo lo es; porque todos salieron de un mismo Dios nomás; el
número viviente también es a imagen y semejanza de Dios; el todo sobre el
todo lo es; porque nadie es desheredado, habiendo salido de un mismo Dios
nomás; el número viviente al reencarnar en platillos voladores, lo hace
pensando en libre albedrío; la unión lo sitúa en mundos nuevos, en que en
todo momento estará recibiendo, órdenes de muchos Padres Solares; el
número viviente como la molécula viviente, se unieron a un verbo solar, cuya
morada será instante por instante, un platillo volador; tal como los seres
humanos se unieron a un planeta Tierra, para conocer el verbo de la carne; es
por esto es que fué escrito: EL VERBO SE HIZO CARNE; lo que se hace sale
de sí mismo y se vuelve pedido hecho a Dios; el número viviente al participar
en todos los sucesos de una vida, lo hace como juez de suceso; siente, vé y se
expande; y en todos los instantes en que el espíritu humano genera ideas, el
número viviente las penetra como quien se sumerge en un océano; este
océano está constituido por todos los magnetismos de las sensaciones, que el
espíritu pidió conocer en la prueba de la vida; el comportamiento del número
viviente, es igual al comportamiento del espíritu, en la dimensión humana; lo
que sucede en el interior de sí mismo, es una réplica de lo que sucede en el
exterior; el número viviente de un platillo volador, también es influenciado por
lo que hacen y piensan los Padres Solares; esto significa que también los
Padres Solares, están expuestos a los divinos juicios de Dios; un juicio solar no
es lo mismo que un juicio humano; porque el poder del verbo no tiene la
misma ciencia; el número viviente actúa por ley magnética y por jerarquía;
dentro de un todo sobre el todo, exsisten infinitas jerarquías de todo;
microscópicas dimensiones dentro de lo microscópico; esto explica el concepto
que tiene cada uno, de las diferentes medidas y capacidades mentales; lo
mental se expresa por jerarquías de entendimiento; y este entendimiento va
variando en las medidas conque ocurren los sucesos, instante por instante; el
número viviente como todas las virtudes del pensar, no se deja ver; sino, que
se deja sentir; en los platillos voladores se cumplen otros tiempos en los
instantes, en que ocurren los sucesos; la mente solar posee mayor número de
dimensiones, porque su ciencia es mayor; y siendo mayor, tiene mayor poder
en dimensiones de mundos que visitan; ningún Padre Solar lo abarca todo;
sólo el Divino Padre Jehová lo abarca todo; más, la potestad de los
Primogénitos Solares, es la que sigue después del Padre Jehová; las infinitas
jerarquías del universo que no tienen fin, saben esta ley cósmica; el número
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