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DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE cualesquiera de sus grados, divide a lo luminoso; porque en la prueba de la vida, no se podía servir a dos señores; no se podía servir a dos sensaciones diferentes, de contenido moral opuesto; la sensación del mal, es el señor del mal; la sensación del bien, es el señor del bien; y todos pidieron a Dios, servir al señor del bien; en la prueba de la vida, había que cuidarse de las propias sensaciones; no había de contradecirse ni un instante, entre el bien y el mal; la generación de ideas, debió de haber sido una por una, del magnetismo de la luz; para que tal cosa fuera un hecho, la humanidad debió de haber conocido una sola psicología pensante; el extraño descuido a lo interior del individuo, hizo poco menos que imposible tal maravilla; los creadores y sostenedores del extraño sistema de vida, salido de las extrañas leyes del oro, no tuvieron la habilidad mental, de unificar al mundo de la prueba, en un sólo pensar; porque ellos mismos cayeron en desequilibrio numeral de inocencia; el principio de desequilibrio en ellos, empezó ignorando a Dios; a partir de tal instante, fueron sucediéndose infinitos desequilibrios más; la expansión de las psicologías toma un rumbo en que va conservando en todo instante, el punto geométríco-influyente, de la primera determinación; el mundo de la prueba fué influenciado por seres, que fueron ellos, los primeros desequilibrados; y que transmitieron a todos, tan extraña herencia; que ha sido el germen de todo los dolores y las injusticias humanas; el mundo de la prueba los conocerá de a uno por uno, en la televisión solar; y las muchedumbres que recibieron la extraña herencia, que hicieron de sus vidas verdaderos calvarios de injusticias, gritarán que sean echados al fuego solar; las moléculas de los platillos voladores saben todos los pormenores, del divino juicio final, que se cierne sobre la Tierra; porque siendo las moléculas de los platillos voladores, de jerarquía de platillo volador, ellas son proféticas; y lo son en el grado correspondiente a sus jerarquías solares; más saben del futuro, las microscópicas moléculas, que todos los proféticos del mundo; porque todo humilde y microscópico, es grande en poder, en los divinos juicios de Dios; cada molécula de un platillo volador, sabe