DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
no se conoce; las moléculas tienen también entre ellas moléculas
primogénitas; que poseen inaudito conocimiento de leyes moleculares; los
primogénitos moleculares brillan también como un microscópico sol; en los
platillos voladores los hay por infinitos; su presencia entre las moléculas, dá
lugar a que todos los que lo conocen, se conviertan también en microscópicos
genios de sabiduría; así ocurrirá pronto en este mundo; la divina presencia del
Hijo de Dios, a todos iluminará y a todos transformará; y toda su divina
herencia serán niños-genios; que cubrirán toda la Tierra; el Hijo de Dios es
eterno; él no muere jamás; el no morir es lo que significa el término; EN
GLORIA Y MAJESTAD; la molécula se cubrirá de gloria en lo que está por
ocurrir en el planeta Tierra; porque siendo de tamaño humilde, es grande en
los divinos acontecimientos de Dios; tan grande es su gloria de molécula, que
el destino de cada espíritu humano, dependerá de ellas; porque la divina
justicia de Dios, será a base de la molécula-segundo; y todos los actos
humanos que en su conjunto forman la obra humana, absolutamente todos
fueron a base de moléculas-segundos; todo acto mental tiene su Alfa y
Omega, en las moléculas y los segundos; en lo físico y en lo espiritual; cada
costumbre consumió en su desarrollo, moléculas y segundos; y el mundo de la
prueba, tendrá que calcular todos sus segundos vividos; y verificar si su obra
no tiene división; es decir si todos sus segundos vividos, no conocieron maldad
alguna, vicio alguno, escándalo alguno, desnudo alguno, grosería alguna, mal
ejemplo alguno etc. etc.; y tendrá que separar las moléculas-segundos de luz,
de las moléculas-segundos de las tinieblas; tendrá que separar lo bueno de lo
malo; porque no se puede servir a dos señores y reclamar premio por uno;
para los que vivieron la prueba de la vida, tenían que haber vivido en tal
prueba, una sola psicología viviente; la de la luz; para que el premio total,
fuese también uno sólo; la división de todo premio, de los que pidieron y
vivieron la prueba de la vida, se debió a que un extraño sistema de vida no
escrito en el reino de los cielos, los influyó de un extraño libertinaje, que
contenía desconocidas psicologías, que ni los que las practicaron, las pidieron;
la prueba de la vida consistía en no dejarse influenciar por nada extraño, a lo
pedido en el reino de los cielos; nadie pidió a Dios, nada que con el correr del
tiempo en la prueba de la vida, lo dividiría y que no entraría de nuevo, al reino
de los cielos, nadie pidió su propia condena delante de Dios; y para no
dividirse, todos los espíritus de la prueba de la vida, pidieron la igualdad por
sobre todas las psicologías del libertinaje; el extraño sistema de vida, salido de
las extrañas leyes del oro, condenó a todos, a no volver a entrar al reino de
los cielos; porque a todos influyó con su extraña y desconocida división; y la
inocencia la conoció; si la inocencia no la hubiese conocido, toda la humanidad
volvería a entrar al reino de los cielos; porque su número de inocencia sería el
mismo que cuando le fué dado la vida humana; las moléculas de la inocencia
debieron de haber conservado su propio todo; porque el espíritu es indivisible;
las moléculas de la inocencia tenían y por siempre lo tendrán, el sublime
destino de ser por siempre del reino de los cielos; el pedir pruebas de vida en
lejanos planetas, hace que toda inocencia corra grandes riesgos; y es de
responsabilidad del propio espíritu, el no caer en tales pruebas; el género
humano cayó porque los autores de su propio sistema de vida, no tomaron en
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