DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
sus microscópicas dimensiones; tal como los rayos del sol del planeta Tierra,
tratan de penetrar en su superficie; la radiación ó transfiguración de un Padre
Solar, constituye una de las infinitas maravillas del universo; por esta ley que
pronto verá el mundo de la prueba, las moléculas de los platillos voladores,
reciben amorosas y temibles órdenes de divina justicia; lo molecularmente
creado y que violó la ley de Dios, es destruido por sus primeras causas; el
divino mandato solar, lo hace atravesando en forma instantánea,
microscópicas dimensiones de antes de la molécula; este proceso era una cosa
diaria y normal, en la primera era de la Tierra, que no conoció ningún hombre;
era en la Era de los cielos abiertos; la misma Era que se acerca al planeta
Tierra; la Era conque se inicia el nuevo reino; y habrá paralelismo entre dos
Eras: La Era del mundo de la prueba que toca a su fín, y la Era del mundo
nuevo con carme eterna; dos mundos dentro de un mundo; uno que se vá y
otro que nace; el que se vá, lo hace dentro de su ley mortal; el otro se queda
con su eternidad; la molécula cuando está como parte microscópica de un
platillo volador, participa de las sensaciones de un Padre Solar; y aprende de
él, como un estudiante de la Tierra que aprende de su maestro; y se suceden
también los tiempos de indiferencia mental entre el todo sobre el todo
microscópico, y los Padres Solares; estos tiempos se llaman, silencios en los
cielos de lo microscópico; y también ocurren silencio en los cielos del
macrocosmo; este silencio equivale a la misma indiferencia, que las mentes
humanas, sienten con respecto a los elementos de la naturaleza terrestre;
Divino Padre Jehová, ¿Entonces la Tierra vive un largo silencio planetario?
Así es Hijo; este silencio con los elementos de su propio mundo, lo pidió la
criatura humana, porque lo desconocía y la divina ausencia de Dios, también lo
pidió; la sensación de no ver a Dios, en la prueba de la vida, le era
desconocida; todo lo imaginable se pidió a Dios porque se quería conocer; es
por esto que fué escrito: LA PRUEBA DE LA VIDA; cuando se pide una
prueba, se pide porque no se conocen las viscisitudes de tal prueba; después
de pasada la prueba, viene el veredicto del juez o de los jueces; las moléculas
después de su fascinante recorrido por el universo, dentro de las galaxias de
un platillo volador, también son enjuiciadas porque toda experiencia ocurrida
en cualquier punto del cosmos, pide juicio a Dios; el Eterno es la última
palabra en todo acontecimiento; sea éste acontecimiento colosal ó molecular;
todo divino juicio de Dios, se hace en la respectiva ley de cada uno; a su
imagen y semejanza que pidió conocer y vivir; es así que para juzjar a las
moléculas, el Divino Padre Jehová, se vuelve molécula; se transforma en lo
mismo que él creó; la imagen y semejanza no tiene límites; es tan infinita
como el universo mismo; las moléculas de un platillo volador presencian
dentro de las galaxias del material de la nave, nuevas y desconocidas
reencarnaciones; estas leyes galácticas las verá el mundo de la prueba, en la
televisión solar y en los platillos voladores mismos; el que creyó en las
maravillas de Dios, las verá; el que no creyó, nada verá, porque el Divino
Padre Jehová, es el primero en respetar los ideales y creencias de sus hijos; la
molécula en su vida de molécula, tiene reflejos dentro de lo extático y
silencioso de su forma de molécula; es el instinto molecular; lo indiferente, lo
abstracto, lo que exsiste y que no habla, siempre ha hablado dentro de sus
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