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DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE la historia de los espíritus abandonados por todos; y en este drama universal, que se expresa en infinitos confines del universo, no falta quienes se proponen no abandonar a los que violaron la ley; los tales terminan por aburrirse porque las glorias de los hijos de Dios, son microscópicas frente a la infinita gloria de Dios; esto es reconocer un error por falta de ciencia, para comprender lo de Dios; el aburrimiento de los que se propusieron no abandonar al que violó la ley de Dios, tiene por causa única no haber comprendido la propia causa de origen; el número viviente nace con inocencia tal como nace el espíritu humano; el universo expansivo pensante es una sucesión eterna de inocencias, que piden a Dios, conocer lo que no conocen; el Divino Creador les ofrece todo un infinito que sólo él conoce en donde terminará; el número viviente participa en las determinaciones de todos; lo hace con amor infinito y numeral; tal como el espíritu debió de haber hecho las cosas en la prueba de la vida, con infinito amor humano; el amor se identifica y se expresa en lo que se es, y se siente, en el instante dado; el amor siendo universal posee también infinitas jerarquías; según el divino verbo que se posee, así es la divina jerarquía del amor; a mayor poder de verbo, mayor es la identificación del amor con el universo; el amor egoísta se encierra dentro de sí mismo; esta clase de amor está aún ocupado en sus propias pasiones y no tiene poder de ciencia, para irradiar hacia los que les rodean; sienten sólo para si mismo y no planifica para otros; de aquí nace la extraña indiferencia hacia lo que podría estar sucediendo en otros remotísimos lugares del universo; hay que salir de sí mismo para comprenderlo; hay que vencer el extraño apego a lo efímero en costumbres, que hacen de la criatura un ser egoísta; esto es dormirse en la prueba de la vida; y todo extraño dormir se descuenta por segundo y por molécula; porque el divino juicio que fué pedido a Dios, lo fué por segundos y por moléculas; esto significa que todo tiempo perdido en la prueba de la vida, tiene un descuento por segundos; y fué un infinito puntaje que se perdió el espíritu, con el cual podría haber entrado al reino de los cielos; toda pérdida de tiempo ocurrida en la vida de todo espíritu, que pidió la prueba de la vida, le trae un llorar y crujir de dientes; porque los tales despreciaron el puntaje de luz, que les daría el sublime derecho de ser resucitados a niños de doce años de edad; porque todo premio salido de Dios, se dá tomando en cuenta el mérito salido del espíritu segundo por segundo; en todo instante la criatura humana se estuvo creando su propio destino, partiendo por lo más microscópico que tenía en sí mismo; por las ideas de una por una, de los segundos y de las moléculas; el número viviente participó también en la más microscópica unidad de tiempo y de hechos, que vivió el espíritu humano; en sus suspiros, pensamientos, sensaciones; el número viviente participó en todo lo que el espíritu vió y en lo que no vió pero que sintió; en lo conocido y en el recuerdo; el número viviente nace juntamente con el espíritu, cuando éste decide probar formas de vida que no conoce; se