DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
vida; es el número viviente espiritual que pertenecen al mismo espíritu; es su
propia herencia solar; hay que distinguir la numeración viviente que el espíritu
pidió conocer durante la prueba de la vida, y la numeración que por herencia
de nacimiento le pertenece; igual ley se cumple en los platillos voladores; los
Padres Solares poseen su propia numeración viviente solar; y van conociendo
en sus infinitos viajes por el universo, nuevas y desconocidas matemáticas;
esto enseña que teniendo infinitas jerarquías el conocimiento, jamás se cesa
de aprender; nadie conoce en el universo, el límite de la sabiduría; tal límite
jamás ha exsistido ni jamás exsistirá; el número viviente al transformarse en
lo microscópico, lo hace por conducto mental solar; la mente solar es llamada
lumbrera solar en el reino de los cielos; y dentro de la molécula-número,
ocurre un desarrollo semejante a lo que ocurre entre un sol y un planeta; las
moléculas-números ven y sienten, tal como vé y siente una criatura humana
en su respectiva dimensión; y no se dá cuenta que es microscópica; tal como
no se dá cuenta la criatura humana; esta sensación de no darse cuenta de que
se es un microbio frente al infinito, se llama en el reino de los cielos,
dimensión viviente en geometría normal; porque toda sensación es una
geometría que ocupa un invisible espacio dentro de lo microscópico; el número
viviente y la molécula viviente, están también en las sensaciones; el todo
sobre el todo de cada sensación, posee número viviente de sensación; y toda
división mental, cuando el espíritu conoce el libertinaje mental, sus
sensaciones son invadidas por el extraño magnetismo del libertinaje; la
numeración viviente de la luz, siente que su dimensión es invadida por un algo
desconocido; vé que las tinieblas lo oscurecen y vé alejarse la luz; vé extrañas
escenas en su padre solar espíritu; porque las sensaciones de cada uno,
pidieron divinas alianzas con el espíritu humano; lo pequeño mira como un
gigante sol, a lo grande; tal como la criatura humana vé los gigantescos soles
del universo; lo que se tiene dentro de sí mismo como sensación, cumple igual
ley de lo que los ojos ven afuera; lo que ocurre en el interior, está ocurriendo
afuera; esto es que lo de adentro es igual a lo de afuera; como lo de arriba es
igual a lo de abajo; lo viviente de la carne y el espíritu, son recíprocos;
cambiando o variando las dimensiones; lo pequeño de sí mismo se manifiesta
en lo grande; y entre lo pequeño y lo grande exsiste infinita continuidad de
espacio, tiempo y filosofía, a través de los cordones solares; en los platillos
voladores al recoger las ideas mentales de cada cual, lo hacen situándose en
una dimensión, que es proporcional a las jerarquías de las naves celestes; lo
invisible contiene planetas y naves como las contiene lo visible; cuando una
idea entra en un platillo volador, lo hacen en sentido geométrico en libre
albedrío expansivo; es decir que las ideas mentales entran por cualquier
molécula de la nave; la atracción entre idea y platillo volador, se hace en lo
visible y lo invisible; el ojo humano no vería nada de esto; porque su visión es
limitada; no penetra la molécula; el número viviente contenido en la idea,
posee la influencia de la individualidad que lo generó; cada idea se siente
atraída hacia otra idea; porque el magnetismo de una misma individualidad las
une; esta ley constituye la familia de las ideas; si la individualidad pensante
autora de sus ideas, no pensó durante la vida, en psicología de igualdad, sus
propias ideas no entrarán al reino de los cielos; porque todo espíritu pensante
Av. José Gálvez # 1775 Lince Lima Perú Telef. 4715921 – 2658326
www.alfayomega.com.pe www.peruufo.com