1.2.3. FORMACIÓN DE TEJIDOS
La especialización y la división del trabajo entre las células que forman los organismos
animales y vegetales es una marcada tendencia evolutiva. Al especializarse, las células
funcionan con mayor eficiencia, pero al mismo tiempo pierden individualidad y se presenta
una dependencia mutua entre las diversas partes que integran el organismo.
Cuando un conjunto de células adquiere características particulares y se especializa en una
función específica se constituye un tejido.
1.2.3.1. TEJIDOS ANIMALES
En los animales más evolucionados existen cinco tipos fundamentales de tejidos: epitelial,
conectivo, muscular, nervioso y sanguíneo. Ello obedece a patrones específicos de
diferenciación.
Tejido epitelial. Está compuesto por capas de células que cubren la superficie del cuerpo
y revisten los órganos y cavidades internas; además, intervienen en la formación de
glándulas que secretan sustancias. La característica fundamental de este tejido es que sus
células están directamente unidas entre sí mediante una pequeña cantidad de materia
intersticial.
De acuerdo con la forma y función de sus células, se reconocen los seis tipos de epitelios
siguientes:
Epitelios planos. Pueden estar formados por una o varias capas de células.
Presentan células delgadas y aplanadas, que se acomodan entre sí como los
mosaicos. Recubren superficies como las capas externas de la piel (epidermis), y
cavidades de la boca, esófago y vagina.
Epitelios cuboides. Se caracterizan por tener células cúbicas que pueden formar
glándulas; revisten el interior de los túbulos renales, y forman los epitelios
germinales encargados de producir los gametos.
Epitelios cilíndricos. Están formados por células columnares y revisten el interior
del estómago e intestino.
Epitelios ciliados. Sus células son de forma columnar y poseen cilios en su cara
superficial. Recubren el interior de las vías respiratorias y de los oviductos.
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