Gaspar quedaba. Dudaron el general y el virrey el fiarse del renegado, ni confiar de los cristianos
que habían de bogar el remo; fióle Ana Félix, y Ricote, su padre, dijo que salía a dar el rescate de los
cristianos, si acaso se perdiesen.
Firmados, pues, en este parecer, se desembarcó el virrey, y don Antonio Moreno se llevó consigo a la
morisca y a su padre, encargándole el virrey que los regalase y acariciase cuanto le fuese posible;
que de su parte le ofrecía lo que en su casa hubiese para su regalo. Tanta fue la benevolencia y
caridad que la hermosura de Ana Félix infundió en su pecho.
CAPÍTULO 64: Que trata de la aventura que más pesadumbre dio a don Quijote de cuantas hasta
entonces le habían sucedido
La mujer de don Antonio Moreno cuenta la historia que recibió grandísimo contento de ver a Ana
Félix en su casa. Recibióla con mucho agrado, así enamorada de su belleza como de su discreción,
porque en lo uno y en lo otro era estremada la morisca, y toda la gente de la ciudad, como a
campana tañida, ve