Estando en la mitad destas pláticas, saltó Sanchica con un halda de güevos, y preguntó al paje:
–Dígame, señor: ¿mi señor padre trae por ventura calzas atacadas después que es gobernador?
–No he mirado en ello –respondió el paje–, pero sí debe de traer.
–¡Ay Dios mío –replicó Sanchica–, y que será de ver a mi padre con pedorreras! ¿No es bueno sino
que desde que nací tengo deseo de ver a mi padre con calzas atacadas?
–Como con esas cosas le verá vuestra merced si vive –respondió el paje–. Par Dios, términos lleva
de caminar con papahígo, con solos dos meses que le dure el gobierno.
Bien echaron de ver el cura y el bachiller que el paje hablaba socarronamente, pero la fineza de los
corales y el vestido de caza que Sancho enviaba lo deshacía todo; que ya Teresa les había mostrado
el vestido. Y no dejaron de reírse del deseo de Sanchica, y más cuando Teresa dijo:
–Señor cura, eche cata por ahí si hay alguien que vaya a Madrid, o a Toledo, para que me compre un
verdugado redondo, hecho y derecho, y sea al uso y de los mejores que hubiere; que en verdad en
verdad que tengo de honrar el gobierno de mi marido en cuanto yo pudiere, y aun que si me enojo,
me tengo de ir a esa corte, y echar un coche, como todas; que la que tiene marido gobernador muy
bien le puede traer y sustentar.
–Y ¡cómo, madre! –dijo Sanchica–. Pluguiese a Dios que fuese antes hoy que mañana, aunque
dijesen los que me viesen ir sentada con mi señora madre en aquel coche: ‘‘¡Mirad la tal por cual,
hija del harto de ajos, y cómo va sentada y tendida en el coche, como si fuera una papesa!’’ Pero
pisen ellos los lodos, y ándeme yo en mi coche, levantado[s] los pies del suelo. ¡Mal año y mal mes
para cuantos murmuradores hay en el mundo, y ándeme yo caliente, y ríase la gente! ¿Digo bien,
madre mía?
–Y ¡cómo que dices bien, hija! –respondió Teresa–. Y todas estas venturas, y aun mayores, me las
tiene profetizadas mi buen Sancho, y verás tú, hija, cómo no para hasta hacerme condesa: que todo
es comenzar a ser venturosas; y, como yo he oído decir muchas veces a tu buen padre, que así como
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