bien impresas en el alma.
Pintura sobre pintura
ni se muestra ni señala;
y do hay primera belleza,
la segunda no hace baza.
Dulcinea del Toboso
del alma en la tabla rasa
tengo pintada de modo
que es imposible borrarla.
La firmeza en los amantes
es la parte más preciada,
por quien hace amor milagros,
y asimesmo los levanta.
Aquí llegaba don Quijote de su canto, a quien estaban escuchando el duque y la duquesa, Altisidora
y casi toda la gente del castillo, cuando de improviso, desde encima de un corredor que sobre la reja
de don Quijote a plomo caía, descolgaron un cordel donde venían más de cien [cen]cerros asidos, y
luego, tras ellos, derramaron un gran saco de gatos, que asimismo traían cencerros menores atados
a las colas. Fue tan grande el ruido de los cencerros y el mayar de los gatos, que, aunque los duques
habían sido inventores de la burla, todavía les sobresaltó; y, temeroso, don Quijote quedó pasmado.
Y quiso la suerte que dos o tres gatos se entraron por la reja de su estancia, y, dando de una parte a
otra, parecía que una región de diablos andaba en ella. Apagaron las velas que en el aposento
ardían, y a[n]daban buscando por do escaparse. El descolgar y subir del cordel de los grandes
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