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EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO más comunes de generar pulsos mediante Q-switching activo consiste en incluir dentro de la cavidad resonante un modulador que permita la interrupción del haz aplicando una tensión eléctrica. Otra opción consiste en girar uno de los espejos de la cavidad para desalinearla. Todo ello se logra, por ejemplo, mediante moduladores acustoópticos, electroópticos o mecánicos. L A S O 5.2.1.2. Técnicas pasivas para obtener Q-switching En las técnicas pasivas, la conmutación no se controla externamente, sino que la propia dinámica del sistema marca el ritmo de la generación de los pulsos. Aunque son sencillas, no permiten modificar la frecuencia de repetición de los pulsos. El conmutador pasivo más habitual en Q-switching son los absorbentes saturables. Este tipo de materiales presenta una absorción importante para bajas intensidades de luz pero, una vez superado un cierto nivel de intensidad, la transmisión aumenta debido a la saturación del medio. Es decir, el material es casi opaco para intensidades bajas y se convierte en casi transparente para intensidades altas. Al introducir un material de este tipo en la cavidad, ésta presenta pérdidas elevadas que impiden la emisión láser mientras la ganancia sea baja. Al aumentar la inversión de población gracias al bombeo, la ganancia del medio activo se verá incrementada y será capaz de compensar las pérdidas dentro de la cavidad, por lo que el sistema comenzará a emitir como láser, haciendo que la intensidad aumente. Esto hace que el absorbente saturable pase a ser casi transparente, lo que reduce aún más las pérdidas de la cavidad, y potencia la emisión de luz láser. No obstante, esta tendencia no puede sostenerse mucho en el tiempo, porque pronto se va a agotar la energía almacenada en forma de inversión de población. De hecho, el repentino aumento de la intensidad emitida tiene como consecuencia la rápida reducción de la inversión de población y de la ganancia. Al reducirse éstas, se elevan las pérdidas debidas al absorbente saturable, lo que imposibilita la emisión láser, cerrando así el ciclo. En este momento, comienza de nuevo la acumulación de energía del bombeo, reiniciando el proceso. Una de las ventajas de los métodos pasivos radica en su simplicidad. Por ejemplo, en el caso de los absorbentes saturables, el comportamiento del material es suficiente para obtener los pulsos. Además, el mode-locking pasivo logra pulsos más cortos que el activo. Sin embargo, los métodos activos permiten un mayor control del fenómeno (por ejemplo, la tasa de repetición1). C A N A M L A A S L A S O C A N M A A L S A 5.2.2. Mode-locking El siguiente salto cualitativo llegó en 1964, cuando Hargrove, Fork y Pollack consiguen aplicar una nueva técnica de generación de pulsos, el mode-locking 1 Tasa de repetición: número de pulsos láser por unidad de tiempo. 73