L
A
S
O
Habitualmente, se piensa en un láser como una fuente de luz que emite
de forma continua, es decir, de forma prolongada e ininterrumpida a lo largo
del tiempo. Sin embargo, existen ciertos tipos de láseres que emiten sólo durante pequeños intervalos de tiempo, obteniendo los denominados pulsos láser.
De hecho, los primeros láseres emitían en forma de trenes de pulsos, algo que
fue anecdótico en un principio. Pero pronto adquirió una relevancia insospechada, hoy en día muy importante: la emisión de pulsos de luz con duraciones
muy cortas.
Un pulso de luz se puede describir —obviando el campo magnético de la
radiación— como un campo eléctrico que oscila a una frecuencia conocida
como portadora, y cuya amplitud de oscilación varía temporalmente conforme
a una función envolvente, que da forma al pulso. En el caso de pulsos cuya envolvente tenga una duración temporal de pocos ciclos (periodos de oscilación
de la frecuencia portadora), la diferencia de fase entre la portadora y la envolvente adquiere relevancia. Esa diferencia de fase, conocida como CEP (carrier
envelope phase, en inglés), da lugar a que la máxima amplitud del campo eléctrico varíe significativamente. Ello se puede observar en la Fig. 5.1, donde se representan dos pulsos con distinta CEP.
La utilización de pulsos cada vez más cortos está adquiriendo un creciente interés en la comunidad científica. Como se explicará en el Cap. 9, se
pueden emplear destellos de luz muy cortos para observar procesos naturales
muy rápidos (reacciones químicas, movimiento electrónico, etc.). Si cada destello es mucho más corto que los tiempos típicos de las dinámicas a estudiar,
C A
N
A
M
L A
A
S
a)
L
A
S
O
b)
C A
N
M A
A
A L
S
Figura 5.1. a) El campo eléctrico de un pulso óptico está formado por una componente envolvente
(línea negra) y otra oscilante según la frecuencia portadora (línea roja). En la figura b) se muestran
dos pulsos de pocos ciclos ópticos con la misma envolvente pero con distinta CEP.
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