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EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO El peine de frecuencias es una referencia perfecta para medir frecuencias ópticas con gran precisión, es como tener una regla de medir con las marcas muy juntas, el único problema reside en establecer el origen de la regla. La variación de la fase relativa entre la envolvente y la portadora hace que el origen de la regla varíe constantemente, sin embargo actualmente se conocen métodos para medirla y estabilizarla. Hoy en día los peines de frecuencias son ampliamente utilizados Figura 9.5. Peine de frecuencia generado en metrología con una por un tren de pulsos láser. precisión comparable a los relojes atómicos y es de esperar que, como suele ocurrir al medir fenómenos con mayor precisión, den lugar a nuevos descubrimientos. L A S O 9.6. Láseres para enfriar Puede parecer sorprendente que el láser, que es básicamente una concentración de energía luminosa capaz de calentar y vaporizar materiales, se pueda utilizar también para enfriar. La temperatura de un material es directamente proporcional a la energía cinética de los átomos y moléculas que lo componen y, por tanto, a su masa y al cuadrado de su velocidad. Si fuéramos capaces de frenar estas partículas hasta dejarlas paradas estaríamos enfriando el material hasta la mínima temperatura posible que es el cero absoluto (-273 ºC). A temperaturas cercanas al cero absoluto la materia se comporta de una manera sumamente extraña, mostrando su naturaleza cuántica de una manera sorprendente. Es por ello que la física de bajas temperaturas ha venido estimulando la curiosidad de los científicos desde el descubrimiento de la superconductividad por Kamerlingh Onnes en 1911. Los iones y electrones pueden acelerarse y frenarse con gran precisión utilizando campos electromagnéticos ya que la carga eléctrica es sensible a estos campos. Sin embargo la manipulación de partículas neutras, como los átomos C A N M A A L S A 139