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L A S O La mayor parte de los experimentos en la ciencia contemporánea implican observar de forma controlada un evento particular. Si bien existen fenómenos como el Big Bang o el calentamiento global que no pueden repetirse en un laboratorio, en la mayor parte de los casos se busca simular el evento bajo observación y luego medir lo que sucede. La luz láser posee unas características únicas que han revolucionado muchas disciplinas científicas en las últimas décadas. Por ejemplo, un láser puede servir para medir distancias y tiempos con gran precisión. Como ya se ha visto, la coherencia permite producir interferencias de dos haces láser dando lugar a una mayor o menor intensidad de luz dependiendo de su fase relativa. Como la luz visible corresponde a una longitud de onda del orden de 500 nm y un periodo de oscilación del orden de 1,67 fs, las medidas interferométricas poseen una precisión espacio-temporal extremadamente alta. El láser también es útil para controlar las condiciones de un experimento. La energía de los fotones correspondientes a la luz visible es del mismo orden que las energías de los átomos y moléculas que la emiten, esto es, alrededor de 1 - 10 eV. Debido a la monocromaticidad de la luz láser, los fotones que la forman tienen una energía bien definida (E = hf, ver Cap. 1 . Este hecho, unido a la direccionalidad de los haces, permite depositar energía en átomos y moléculas de manera muy precisa y controlada. Además, la longitud de onda de algunos láseres puede sintonizarse en ciertas regiones del espectro, por lo que es posible variar finamente la energía de los fotones. Asimismo, es posible manipular, mover y atrapar partículas haciendo uso del momento bien definido de los fotones (p = h/ ), como si los fotones del láser fueran bolas de billar manejadas por un jugador experto. Por ello, el láser es el instrumento idóneo para observar y manipular el mundo microscópico. Además, la dinámica propia de los átomos y moléculas (por ejemplo los reajustes moleculares que ocurren durante una reacción química) tiene lugar en escalas de tiempo extremadamente cortas, del orden de femtosegundos. El desarrollo, desde hace apenas veinte años, de láseres pulsados en esta escala de tiempos, ha permitido por primera vez observar y controlar reacciones químicas en tiempo real. Por otra parte, las altas intensidades de luz que pueden generar, han dado lugar a un sinfín de nuevos e interesantes fenómenos en la interacción de la luz con la materia, como los procesos no lineales. La intensidad de los láseres continúa aumentando cada año, y con cada nuevo hito se abre prácticamente una nueva rama de la física. La Física al límite que exploran los llamados láseres ultraintensos se verá en el Cap. 11. C A N A M L A A S L A S O C A N M A A L S A 131