Un ejemplo de esta competitividad por tener lo mejor del mercado son los teléfonos móviles, algo que no solo es en sí el propio teléfono, sino también todos los accesorios que mejoran, ya sea en rendimiento o en la estética, nuestro móvil. En este caso además de requerir una actualización de conocimiento para comprender todas y cada una de las funciones que nuestro nuevo teléfono contiene, es necesario tener un bolsillo bastante amplio para hacer frente a los gastos que tener una tecnología de estas características. Pese a que el desarrollo y expansión de esta tecnología continúa siendo desigual en diferentes países del mundo, lo cierto es que ya existen más aparatos que personas en nuestro planeta. Y lo que hace solo 5 años era un teléfono móvl inteligente (smartphone), hoy día es un auténtico ordenador personal en el que la función de llamada se ha quedado en un ámbito absolutamente secundario.