que representan a los penitentes que participan en las procesiones de la Semana Santa en Taxco. Una de ellas es una imagen de la hermandad de Las Ánimas; la otra, corresponde a un flagelado que carga una cruz al frente y lleva en la mano un cabestro (pequeño látigo adicionado con puntas de acero, con el que se azotan la espalda hasta hacerla sangrar), y la tercera, es un encruzado que carga un rollo de varas espinosas.
Estas figuras constituyen un atractivo más para el turismo y son un homenaje a una tradición antiquísima, muy arraigada, que los taxqueños conservan con gran celo.
El inicio de esta tradición, debida a la gran religiosidad profesada por los habitantes de este pueblo minero, data, según los cronistas, de 1598, aunque en los archivos de la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián se encuentran los registros de los primeros permisos otorgados por la Iglesia para celebrar una procesión del Cristo del Santo Entierro, en 1600.Esta celebración, que continúa hasta la fecha, se lleva a cabo, según lo marque el calendario católico, en el mes de marzo o abril.
En marzo de 2005 fueron instaladas en la parte posterior del antiguo exconvento de San Bernardino,sobre la calle principal, tres esculturas de bronce, tamaño natural,