tanto para los tangueros cerrados como para los renovadores que
critican a los que eligen los clásicos. En ambos casos es la misma
actitud, soberbia e intolerante. La existencia de los clásicos, en la
música o en todas las artes, nunca fue impedimento para la
creación de nuevas obras. La buena música no tiene fecha de
vencimiento, no es descartable.
Por un lado, parece que temieran “contaminarse”, aunque por otro
reconocen el legado de gente como Troilo, Pugliese o Salgán.
También parece que al rock no lo consideran “contaminante”.
3. La forma, la estructura de la música determina su género. Como
dijo Salgán, “si no tiene forma de tango, no es un tango”. La
música de fondo que acompaña este número, un tema de Piazzolla
interpretado por Mario Parmisano, se presenta como una fusión de
tango, clásico y ritmos sudamericanos, dentro de una improvisación
jazzistica. Para mí es jazz del mejor, porque en esta interpretación
predomina el jazz, y me gusta escucharlo, como me gusta escuchar
ciertos temas de rock y, por supuesto, tango, sin necesidad de
forzar etiquetas.
4. Por último, lo de viejo contrapuesto con lo joven es falso, es un
invento del marketing de la penetración cultural, utilizado, entre
otras cosas, para desacreditar al tango y para crear diferencias
hasta entonces inexistentes. Lo que sí hay, con toda su
complejidad, son ideas retrógradas, reaccionarias, discriminatorias,
y sus opuestas, renovadoras, amplias y solidarias. Pero las hay
entre los jóvenes y entre los viejos, no son patrimonio de edad
alguna. En TyCP nos gusta el segundo grupo de ideas. Los
invitamos a terminar con los prejuicios y seguir por ese camino.
Ricardo Schoua