Tango y Cultura Popular ® N° 164 | Page 34

fueron tomados directamente de las obras originales, por eso tienen tanta importancia. El Museo tiene una enorme colección de casi 600 calcos, divididos en salas de acuerdo a cada período histórico y civilización, entre ellos de arte egipcio, griego, romano, medieval, renacentista y de América prehispánica. La importancia de la colección del Museo tiene que ver con el grado de fidelidad que muestran las réplicas con respecto a sus originales. En especial se destacan las piezas que son "de primera colada" (el molde tomado directamente del original), así como aquellas que, por haberse perdido o deteriorado la obra original, pasan a tener relevancia como única referencia de la misma en buen estado. Una de las piezas más asombrosas que exhibe el museo es el David de Miguel Ángel, único calco de primera colada en Sudamérica, sus más de cuatro metros de altura impactan al ingresar al museo. La escultura representa al Rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat. Es un exponente del Renacimiento italiano, cuyo original en mármol, realizado entre 1502 y 1504, se encuentra en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Del genio de Miguel Ángel también pueden verse en el museo La Piedad, El Moisés, un Esclavo rebelde y otras maravillas. En la sala de Arte de Mesoamérica hay un calco que se ha convertido en referencia única, por su estado de conservación y dada la fidelidad de sus rasgos, de lo que alguna vez fue el original. Se trata del relieve Monumento Nº 21 Santa Lucía de Cotzumalhuapa (600– 800 d. C), de 370 x 350 cm. cuyo original realizado en roca tallada se encuentra en el sitio arqueológico de Bilbao, en Guatemala, en medio de un cañaveral actualmente sin ningún cuidado de preservación, expuesto a las inclemencias del clima y al vandalismo humano, que han dejado dañada su superficie. La historia de este calco tuvo un largo recorrido. La primera copia en yeso fue tomada directamente del original en 1897 por Caesilie Seler Sachs. El molde, de diez partes, fue llevado en barco al Museo Etnográfico de Berlín, donde en sus talleres hicieron algunas copias, práctica común en los museos europeos desde mediados del siglo XIX. En 1911 a pedido del antropólogo argentino Juan Bautista Ambrosetti uno de esos calcos llega a la Argentina. Durante la Segunda Guerra Mundial el molde y sus copias en Europa fueron destruidos, lo que da singularidad y valor a la pieza que forma parte de la colección del Museo. Otra pieza especial es el relieve que representa la Coronación del Faraón Seti I, (1368 - 1220 a.c) en la Sala de Arte Egipto Antiguo, dado que el original que se encontraba en los Museos Reales de Arte e Historia de Bruselas fue destruido a causa de un incendio en 1946. Si querés dar una vuelta por el Museo del Louvre, no es necesario que viajes a París para ver dos de las esculturas más tradicionales y maravillosas. Los calcos fueron realizados a fines del siglo XIX en el Taller de vaciados del Museo del Louvre.