Tango y Cultura Popular ® N° 164 | Page 27

Y lo hace con un nivel de calidad y respeto que se traduce en el cuidado de los arreglos y en la justa elección de las sonoridades con las cuales se recrean no solo las partituras, sino también, el espíritu original de las mismas. En el nuevo trabajo discográfico desfilan piezas como Francesita, de Delfino y Vaccarezza (1923), El Marne, de Arolas (1919) o Mimi Bohème, de Saborido y Villoldo (1909), obras que representan los pasos iniciales del tango. Cada una de ellas mantiene su espíritu original matizado con sutiles dosis de contemporaneidad. La interpretación vocal de Denise Sciamarella le aporta una coloratura que se emparenta con las más renombradas e históricas cancionistas del género, tal como se aprecia en Bajo el cono azul, de De Angelis y Volpe (1943) o Luces de París, de De La Púa, Cadícamo y Castillo. La vocalista se luce también en las canciones en francés, como ocurre en Comme il faut, de Arolas y Clausi, Claudinette, de Delfino y Centeya (1942) o Madame Ivonne, de Pereyra y Cadícamo (1933). La utilización de la lengua francesa en piezas representativas de la música porteña tiene como objetivo resaltar la relación que tuvo el tango con París donde fue furor en las primeras décadas del siglo XX. El disco cuenta además con la participación de Lidia Borda (voz) Ramiro Gallo y Gemma Scalia (violín), Astrid Motura (cello) y Marcelo Aronson (derbake) como músicos invitados. Todos los tangos que forman parte de la placa son encarados con un gran cuidado desde lo estético y un gran respeto por el espíritu de cada composición. El trabajo de investigación que desarrolla la orquesta va más allá del hecho musical: sus integrantes "viajan" al pasado para revivir piezas del patrimonio sonoro del género. Así rescatan valioso material que es parte de la cultura nacional y que, de otra forma, se perdería. Y mediante una interpretación de gran calidad, invitan al oyente a recorrer un camino tanguero en el que Buenos Aires y París se cruzan. De esta forma regresan no en el mismo tranvía que las llevó, violín en bolsa, rumbo al olvido (María Elena Walsh dixit), sino en el colectivo que se ve en la tapa del disco. Y con su juventud y su calidad interpretativa, estas mujeres del siglo XXI reivindican a sus antecesoras y arremeten contra la peligrosa nostalgia del pasado sobre la que nos advirtió María Elena en su hermosa canción Orquesta de señoritas. Publicado en Tiempo Argentino.