Tango y Cultura Popular ® N° 163 | Page 24

en vez de la velocidad , encontrar los silencios musicales y tratar de entender y comunicarse con cualquier bailarín / a .
Lograr que los alumnos se preocupen por hacerse entender con el otro en marca y espera , y no de hacer un una figura ( paso ) y otra y otra como secuencia .
Los bailarines de escenario practican varias horas al día para mostrar lo que mucha gente paga para ver en los shows . Este virtuosismo puede ser admirable , pero sólo se ve de lejos , el que mira no sabe lo que esta sucediendo dentro de la pareja cuando hacen sus figuras más espectaculares . Pero si se miran sus gestos faciales mientras ocurren todos estos movimientos , en la mayoría se ven caras rígidas y tensas , sobreactuadas , y gestos duros , forzados y serios . Sin embargo el espectador de la milonga , puede encontrarse con algo diferente . Si mira bien a las parejas , y a la cara , puede encontrar otras manifestaciones , incluso de sonrisa . El fin máximo del baile milonguero es el goce y disfrute .
Que se busca en la música ? La mujer podrá buscar el placer de escuchar la música , cada bailarín contará una historia diferente sobre el mismo tema . Cada hombre siente y escucha distinto . Y lo que cada mujer expresa y responde desde su cuerpo es único . Tal vez por eso la sensibilidad y el descubrimiento en el tango milonguero no tiene limites .
Cuando el hombre escucha la música , el tiempo fuerte de un tango lo escucha claro , pero a veces ese instrumento que lo lleva ( comúnmente el bandoneón o el piano ), pueden dejar paso al llanto del violín , y cambiar la respiración gimiente del bandoneón y su ritmo estirado . Cada persona escucha diferente , eso es cierto , pero el músico y la música nos cuentan cosas , habría que escuchar no solo sus tiempos fuertes , y ver si nos pide pasos marcados y figuras todo el tiempo ; o si sugiere un silencio , un realizar del paso , marcar con suavidad o buscar pasión en el siguiente compás .
Pisar en la estructura métrica musical no es suficiente . Técnicamente quizá se puedan meter más de tres pasos en un tiempo , pero tal vez habría que buscar algo que nos conmueva en la música y luego medir la velocidad . Encontrar la conexión de la compañera o compañero , tanto en su paso como en un silencio . En el tango , como en la vida , la cantidad , no es necesariamente calidad . Creo que cuando se escucha más , uno puede elegir mejor el paso adecuado . Como si la música nos dijera que paso usar . Es por esto que las estructuras coreográficas no sirven , a no ser que bailemos siempre con la misma pareja y el mismo tema .
Imagino en un mundo ideal , a todos los hombres que guían la danza , teniendo posados sobre sus hombros , como voces de la conciencia , dos pequeños angelitos dibujados por Sábat : un Pichuco de un lado y un Pugliese del otro . Ya ellos nos dirán que hacer . Y desde luego , la mujer agradecida .
Manuel González
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