Tango y Cultura Popular ® N° 163 | Page 17

Balneario Municipal. En esos escenarios dio a conocer su vals “Villa Crespo” y sus tangos “Cachito”(grabado luego por Roberto Firpo) y el que más tarde se titularía “La enmascarada”, con versos de Francisco García Jiménez y que grabaría posteriormente Carlos Gardel. En 1923 viajó a Montevideo, donde actuó en la Confitería “18 de julio” especialmente contratada. Allí estrenó su vals “Cerro divino”, dedicado al Cerro de Montevideo. Más tarde – siempre al frente de su orquesta – se presentó en el teatro Smart, en los últimos días de 1924. En un concurso de tangos realizado por entonces en el teatro Gran Splendid, fue distinguido su tango “Soñando”, al que grabaron luego Carlos Gardel y la orquesta de Roberto Firpo. “Y volviste en el verso febril de Portogalo./ Niebla de tu memoria que soltó el Maldonado./ Y en la luna dispersa que reparten los charcos/ del mismo Villa Crespo que regresa en los tangos…” Hasta su palco del Café Domínguez, llegaron para compartir un lugar en su orquesta, Francisco De Caro, José Martínez, Carlos M. Flores y muchos otros autores prestigiosos que le hacían llegar sus obras. En un homenaje tributado por Blanca Podestá al maestro Amadeo Vives en el teatro Smart, fue acompañada en el piano por Enrique Delfino. Su bandoneón desplegaba tal vez desde allí sus últimos acordes. Y 1925 se la llevó para siempre, un 14 de abril, toda muchacha, con la edad del siglo. Su salud y sus energías pagaban de ese modo tan cruel el tributo de una pasión inclaudicable. Sus restos se incorporaron al polvo silencioso que su barrio prolongó más allá del también hoy sepulto Maldonado, en una tumba de la “Chacarita” a la que aún siguen llegando flores. Nosotros la seguimos convocando en la inapelable plegaria de los versos, al igual que aquellos de Portogalo. Y a veces, en el milagro de los versos, logramos regresarla, mitad muchacha, mitad leyenda, como queriendo repetirle: “Podemos ya reírnos del dolor y la ausencia/ Y soltar estas ganas de trampear a la suerte, / para ser inmortales y cantar por tu vuelta (…)/ Subamos por Corrientes/ Juguémosle a la vida/ otra vez, tu moneda…” Héctor Negro 17