El Tango desde Sunset Blvd.
Hollywood, la música de Buenos
Aires…
y algo de jazz
Carlos G. Groppa
Ante los rumores de guerra
desatados en Europa en la década
de 1910, el excelso bailarín de
tango Casimiro Aín, hallándose
en París, decidió escapar del
peligro bélico y se embarcó
rumbo a New York. Allí se empleó
en un academia de baile donde
se encontró, inesperadamente,
con una clientela femenina que
nunca soñó. ¿Quiénes fueron sus
mejores alumnas? Descúbralo en
las páginas de “El Tango desde
Sunset Blvd.” recién editado por
AbrazosBooks.
Carlos Groppa
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Cuando Valentino terminó de filmar el tango que lo
hizo famoso, se cambió su atuendo gaucho, salió del
estudio y cruzó Sunset Blvd. rumbo a su mansión en
las colinas de Hollywood. A partir de aquí esta arteria
sería punto de referencia para todo lo que estuviese
ligado al mundo del entretenimiento.
El tango, la música a cuyo ritmo había bailado
Valentino, no pudo faltar, y si bien Gardel nunca
estuvo aquí, sí estuvo su compañero de reparto,
Vicente Padula, al establecerse en sus alrededores.
Desde esta arteria partió el trompetista Dizzy
Gillespie para una gira por la Argentina que culminó
con la grabación de unos tangos con Osvaldo
Fresedo, y el guitarrista Al Di Meola llegó por ella al
estudio para darle el toque final a su álbum dedicado
a Piazzolla.
Este boulevard siempre olió a tango. Cuando en una
disquería de Hollywood fue encontrado un ignorado
disco pirata de Canaro, y cuando el autor de dos libros
sobre Gardel, lo recorrió tratando de negociarlos como
libreto. Acentuó este aroma a tango el Gato Barbieri
al contarle al autor la historia de su El último tango en
París en un bar de la zona.
Dato curioso, por el boulevard circuló velozmente la
noticia de una bailarina, reina del tango en los salones
de Europa y New York, que abandonó a su exitosa
pareja para casarse con un aristócrata argentino y
radicarse en la estancia del marido, justo cuando la
Metro quería filmar una biografía de ellos.
Estas historias son algunas de las tantas originadas
en Sunset Blvd., un boulevard germen de muchas
historias con aroma a música porteña.
Carlos G. Groppa nació en Tres Arroyos, provincia
de Buenos Aires, Argentina. Estudio Arquitectura y
Bellas Artes, hizo cine, produjo películas musicales con
muñecos animados que fueron premiadas en Europa.
En México fue libretista de los programas de
televisión “Los Especiales de Silvia Pinal”, y
adaptador de la serie “Obras Maestras de la
Literatura Universal”.
Es miembro Correspondiente de la Academia Porteña
del Lunfardo, y autor de los libros Desnúdese Madame,
Humor para Melancólicos (cuentos), La Mujer que
quería Asesinar a Hitchcock, entre otros.
Ya radicado en los Estados Unidos escribió The Tango
in The United States. Edita desde 1996 la revista Tango
Reporter en Los Ángeles, ciudad donde reside.