Tango y Cultura Popular ® N° 161 | Page 51

El violín de lata Tal vez era como éste el violín que Francisco CANARO se fabricó cuando apenas tenía doce años. Vivía en un conventillo junto a sus padres (inmigrantes italianos) y sus nueve hermanos. Habían llegado a Buenos Aires, desde Uruguay, sin un peso en el bolsillo. PERO FRANCISCO QUERÍA TOCAR EL VIOLÍN... Entonces ¿Cómo conseguirlo si en casa apenas había para comer? Un amigo, lustrador de muebles, al que apodaban “El Tuerto Baboso” le dió la solución. Tomaron una lata de aceite vacía, le agregaron un diapasón y clavijas hechos con madera de descarte, un arco también casero... y listo. Así comenzó el pibe uruguayo si carrera musical, que lo llevó a ser el director de orquesta de tango más prolífico (se calcula que registró 3.700 grabaciones) y el más acaudalado, al punto que un dicho popular decía: “Tiene más guita que Canaro”. Claro ejemplo de audacia y creatividad. No siempre es necesaria la billetera para cumplir nuestros sueños. Un pibe croto, con un violín croto, llegaron a la cima. Cuestión de talento y esfuerzo. Ángel Mario Herreros Tango y Cultura Popular