Tango y Cultura Popular ® N° 160 | Page 42

42 Notas SOBRE LA ESENCIA DEL TANGO por Héctor Negro La capacidad de evolución y de renovación a través de diferentes épocas, ha sido una de las características fundamentales y permanentes del tango, lo que le ha permitido actualizarse en función de los cambios y de la sensibilidad popular. Esto es bien sabido por quienes distinguen las expresiones representativas de cada época y el curso de su evolución. Hasta el más común de los devotos y oyentes habituales de las expresiones del género, puede advertir la variedad de estilos y formas expresivas tanto en el aspecto instrumental como en el cantado. Lo que suele no tenerse en cuenta es que desde sus primeras etapas, cada aporte, cada intento de cambio, provocaron las consiguientes críticas y rechazos provenientes de los “retardatarios” de turno. Abundan los testimonios al respecto y tales cuestionamientos existen desde poco tiempo después que el tango naciera y consolidara su ritmo y estructura. Uno de los argumentos más meneados fue la preservación de la “esencia”, sin que po r lo general se aclarara en qué consistía esa “esencia”, la cual por otra parte fue siendo distinta a medida que el tango mismo iba cambiando. Uno de los pocos que se ha referido a esa “esencia” y la definió e indagó en su breve trabajo titulado  “La esencia del tango” (editado en 1980 por “Cuadernos de Tango y Lunfardo”), ha sido José Gobello. Y una de las conclusiones principales a la que llega en su análisis, es que esa mentada y zarandeada “esencia” es algo mutantede acuerdo a cada época y a los accidentes de la porteñidad que el tango expresa (porteñidad entendida en amplio sentido, no limitada sólo al espacio geográfico), según influyen los