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Café Los Inmortales
Durante varios años fue también el refugio de muchos periodistas, que
iniciaban su recorrido noctámbulo en La Helvética. A propósito de esto
recordamos que su dueño, un ingles, llamado Eugenio Gerard sentía
gran aprecio por Charles de Soussens, a quien cambiaba los tickets o
vales que le daban en el diario La Nación como contraprestación por
sus servicios periodísticos. (“Critica”, 10 de julio de 1925). Este lugar
fue el primero de la zona céntrica donde tocó una orquesta de jazz.
La Helvética: Fue el café periodístico por excelencia. Antiguamente
este terreno había sido un solar de la calle Corrientes y Catedral. En el
año 1844 el lote fue vendido en 92.000 pesos. Aquel solar, del que solo
se conservaba un horno pare masa y facturas junto a otros enseres del
local, pasaría con el tiempo a convertirse en uno de los cafés más
famosos y viejos de Buenos Aires.
Se lo denominó la “trinchera intelectual” y el “refugio hogareño de los
periodistas del diario La Nación”. Fue el santuario, donde muchos
reporteros, por la noche, preparaban las notas que leerían los porteños
a la mañana siguiente en uno de los principales matutinos. De las
muchas anécdotas que se guardan de La Helvética, rescatamos la
siguiente: “Otro acontecimiento vivido de los hombres de letras y de
prensa es el que aconteció en una entrevista entre Barto