Tango y Cultura Popular ® N° 160 | Page 33

Los Cafés de calle Corrientes corte político; aunque su estilo fue denominado “psicobolche”. Ubicado en Corrientes y Montevideo fue un lugar emblemático durante los ´60, cuando el hipismo vistió sus mesas con flores y ondas de amor y paz. Y también fue la época en que el ahora mítico Tanguito visitó el billar del primer piso. Se reunían en este café David Viñas; Ricardo Piglia; Enrique “Mono” Villegas y Rodolfo Walsh, entre otros. Dominguez: Estuvo en Corrientes y Paraná y fue el primer café 24 horas de Buenos Aires. Lo mejor de la poesía rea y “mistonga” de la ciudad se reunió allí; y el gran escritor Celedonio Flores lo inmortalizó en su poema “Tristezas” (“Cuando pasa el organito”, página 81, Editorial Freeland, Buenos Aires, 1965). Corrientes, la amable, la calle Corrientes de los sueños locos, los sueños ardientes pintoresca calle, noctámbula ideal del viejo Montmartre, del Café Domínguez y el rante Pigall... Continuamente dio cita a los amantes del tango. Enrique Cadícamo en un poema homónimo le cantó en su época de mayor éxito -1918-, cuando Buenos Aires se refugiaba en los teatros de la avenida: Notas Café los inmortales Bar Domínguez de la vieja calle Corrientes que ya no queda... De cuando era angosta y la gente se mandaba el saludo de vereda a vereda... Hombres como Francisco Canaro, Noli, Roberto Firpo y Juan Maglio (Pacho) silenciaron también las voces de los parroquianos que se extasiaban con la música de sus conjuntos tangueros. En el mostrador del Café Domínguez se instaló una de las primeras máquinas Express que importó la firma La Cosechera S.A., inaugurando con ella el sinónimo de café. Los mozos, de ahí en más no pidieron tal o cual cantidad de café, sino que sus voces entonaron el “¡marche un express!”. En su salón se estrenaron dos tangos de grandes valores musicales, como lo fueron Tierra Negra, de Graciano De Leone y Un lamento, de Numa Córdoba. Iglesias: Era vecino del café Domínguez y también supo ser Revista Digital de Tango 33